Sigiloso, luego de escudriñar cada rincón, atrapa una lombriz. La presa se retuerce en vano esfuerzo por sobrevivir, ya es tarde. Las garras se clavan con saña en su esquelética figura y por los aires pasea ahora protegida de otros hambrientos. El halcón no soltará su bocado. Sólo plegará las alas para saborear, complacido, un cierto gusto a tierra húmeda.
Delicioso.
Con Prisa y Presa
21 08 2008Comentarios : 19 Comments »
Categorías : Opciones
Comentarios recientes