Monólogo para una despedida

8 08 2007

“La única razón por la que vine es para liberarnos, pero de frente. Mirándote a los ojos.
No quiero que supongas qué pasó. Si pasó en realidad o algo escapó a tu entendimiento.
No es para argumentar, ni discurso establecido ni nada intencional, especulador. Nada de eso.  No existe falsedad en mí, no es desequilibrio. Precisamente lo contrario.
Trato de ser claro con la verdad, espero no alejarme demasiado del bien.
Los dos sabemos que si vamos por la vida a puro verdades lastimamos a diestra y siniestra.
Por eso intento no olvidar el bien que nos hicimos. Hago tal como aprendí a tu lado, de frente. Como tantas otras cosas, tantas otras. Como que lo absoluto no existe, siempre hay un relativo que atempera. Pero no quiero mencionar esto ahora.
Tanto aprendimos juntos, nos hemos dado mucho…Risa y llanto compartido, lo sabemos. Ambos tenemos buena memoria.
Tal vez sea una más de las razones, la buena memoria que jactanciosamente pongo sobre la mesa. Sabemos muy bien de qué trata, no quiero reprocharte ni que me reproches.
Mi buena memoria da forma a mis buenas razones para justificar por qué he venido…
Ya no te amo. Aunque seguiré queriéndote -cómo podría no quererte- no alcanza para continuar.
No te cabe culpa en esto, así que no hagas una lista detallada de las veces que discutimos. Ni te mortifiques.
Ya no te amo. O si te parece menos duro, no siento lo que debo sentir, o lo que yo creo que debo sentir. Disculpa, en este caso no puedo más que usar verdades y duele.
Pero el bien, no tiene lugar para terminar lo nuestro.
Y por favor, perdona el monólogo es que no quiero escucharte, te darás cuenta.
Hoy no quiero convencerme de nada diferente, porque estoy seguro de lo que no siento.
Aunque no comprendo demasiado cómo pasa esto con el sentimiento. Se nos va de adentro como si algo lo amputara.  Podemos reconoce el lugar que ocupó pero ya no está.
Y no sigo hablando…porque en lugar de aclarar, puede que anochezca y no quiero noche entre nosotros, menos hoy.”

Cerró la puerta tras él.
No hice nada para retenerlo, no pronuncié una sola palabra, nada.
No me arrepiento de haber permanecido sentada en el sillón los minutos que él hablaba frente a mí. Borré todos los teléfonos con los que podía flaquear mi orgullo, su dirección y los cientos de mail que intercambiamos.
Me pregunto si existió o fue solo mi deseo de amar y ser amada con locura lo que le dio forma al hombre.
No puedo saberlo, nunca más intenté un acercamiento.
A veces cuando recuerdo como ahora sus palabras, dudo.
Luego, repuesta del estado de angustia y desasosiego,  pienso

“Amáñate, apáñate. Quiérete Mujer”

Viviana Comerón


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10 responses

9 08 2007
QUEEN

UMMMM me hace suspirar tu escrito, por los pensamiento que se aremolinan en mi mente entendiendo las palabras que escribes, sintiendo la inexorable soledad que he permitido existir en mi vida algunas veces.

AMANDO???

9 08 2007
sentires

No creo.
Amando sería diferente.
Gracias por el mensaje.
Viviana

19 08 2007
Betty

Hola…me llegó tu texto…hay una frase ( que no es mia), es de un escritor argentino, cuyo nombre no recuerdo:
«no puedes elegir qué sentir, pero puedes elegir cómo actuar al respecto».
Mucha suerte en todo

19 08 2007
sentires

Gracias Betty.
A veces no actuamos con acierto pero hacemos el intento. Sólo el que hace se equivoca.
Vale errar.

22 08 2007
ADRI

Que tremenda sensación «el abandono», incompresible y hasta a veces tan injusto que te hace sentir suspendido en el aire sin contensión posible.
(Sólo deseo que tu relato sea ficticio)

22 08 2007
sentires

Se comprende algo, no creas.
‘Injusto’ del todo…tampoco.
Al final, uno se contiene aunque demore.
Un beso con abrazo,
Vivi

25 08 2007
Andreabn

Vivi:
Eres muy transparente. Eso arrojará frutos buenos.
La compensación espiritual luego llegará.

Abres y desnudas, en este texto , tu alma, no escondes, no te abrigas en atavismos. Nobleza, sinceridad, transparencia, pureza: con esas palabras identifico a Vivi.

Cariños
Andrea

25 08 2007
sentires

Gracias Andrea.
Intento no esperar ‘aplausos’ (cuesta, somos humanos)
Los únicos que deseo…no se escuchan con el oído: Quisiera ser merecedora de una sonrisa de Dios y si también El pudiera aplaudir, ese sonido, lo quiero.
(Pero, ¡qué bien vienen palabras como las tuyas, de vez en cuando!)
Abrazo fraterno,
Vivi

25 03 2009
anani

hola!sabes mi ma se llama vivi y tiene una sensibilidad exquisit,cm vos…llegue a tu texto buscand un minologo para el dia de la memoria creo q tu «despedida»no tenia que vewr directamente con est tema, pero si cuando cada lector resignifica las palbras.me gust,ojala algun dia lo pueda actuar ojala las palabras te broten a borbotones se choquen y estallen brillantes intensas apasionadas y sean musica golpe ruido y sobre todo rio…que deriven y lleguen a etomar su cause refresquen y den vida…

25 03 2009
sentires

Hola Anita! Bienvenida. Hermoso mensaje, Gracias.
Te espero, regresa.
Un beso,
Vivi

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