Lunes primero de Junio

13 06 2009

«Mamá, es el cuerpo el que no responde». «Tu alma y tu espíritu están perfectamente bien». «Lo que tenías que hacer ya lo hiciste. Quedate tranquila».
Me miró con los ojitos desorbitados y, con voz quebrada, me dijo: «Bueno, bueno, está bien»; como invitándome al silencio.
Luego pidió por los chicos, «sus varones»; que corrieron ante el llamado.
Hacía días que no la podíamos despertar, un poco por las drogas y otro poco por la enfermedad, que avanzaba implacable, victoriosa.
Lo habíamos intentado todo.
Al rato estábamos los tres, rodeándola.
Si algo queda claro, es que nos amamos profundamente, tanto como para resignar el privilegio de un beso suyo con tal que el dolor y el sufrimiento desaparecieran.
La dejamos ir, siempre con la esperanza de que revolotee entre nosotros, como un ángel de la guarda.
¿Será así?

Escrito por Viviana Mónica Martino.

S1032530
Para mamá, con amor, de tus hijos: Lautaro, Lucas y Viviana.





Subterfugio

16 03 2009

Qué ganas de escribir.
Llenar hojas en blanco hasta el último espacio posible.
Palabras simples, sencillas pero vivas.

Qué ganas de escribir el mejor cuento, el mejor poema,
¿Una frase?
No, no quiere la mano, no siente el cuerpo, la mente se dispersa

Deseo desear.
Ejercitaré. Sin pensar, comienzo.
Proceso lento. ¿Nada que decir? Lo dudo.

Deseo desearte con fuerza y pasión, querida letra.
No te resistas, Ya te tengo.
Arrinconada entre mi espada el lápiz, y la pared inmaculada.

V.M.C





Filosofía y sanación

8 03 2009

«Gris, querido amigo es toda teoría,
mas es verde el árbol dorado de la vida»

Goethe

En la antigua Grecia, la Filosofía era considerada por uno de sus padres, Sócrates, medicina para el alma. Ya su nombre, etimológicamente analizado, señalaba su función en la vida del hombre: «filos» (amor) y «sofía» (sabiduría) amor a la sabiduría. El filósofo, lejos de alimentar teorías abstractas, era un «médico del alma». Alguien que como Sócrates, había pasado por el «conócete a ti mismo» llegando al «sólo sé que no sé nada”, y por eso era capaz de indagar en cada uno de sus interlocutores hasta lograr que fuera dando a luz los conceptos. Partero de conceptos, el filósofo, pero no cualquier concepto, sino fundamentalmente aquellos referentes a valores, a virtudes, sobre los cuales fundar una sana conducta acorde con la propia alma.
Y precisamente de eso se trata la salud, al decir de un médico y pensador más contemporáneo, el Dr. Edward Bach, creador de un conocido sistema de terapia floral. Para el Dr. Bach la enfermedad tiene su origen en el plano energético, regido por las emociones y el pensamiento. Nuestra alma viene a esta vida para adquirir experiencia y expresarse. Cuando la personalidad se pliega a esta expresión, cuando en armonía con los mandatos y necesidades de nuestra alma o ser interior, vive y realiza la misión y el aprendizaje necesarios, estamos sanos. Si la personalidad externa interfiere, se opone, o permite que algún otro interfiera en esta tarea, nos enfermamos. La otra causa de la enfermedad para Bach está también en este plano ético: cuando interferimos en la vida de otro y le causamos daño, o no le permitimos ser. Este sistema terapéutico apunta entonces a que uno tome conciencia del error que está cometiendo y origina el desequilibrio, y ayudado por las esencias florales, que actúan en el plano energético, vuelva a la armonía entre el alma y la personalidad, y entonces a la perfecta salud y alegría. Todo en la naturaleza es simple, y comprendiendo y respetando esta simple belleza es como aprendemos a vivir y a sanar.

La enfermedad entonces tendría una finalidad redentora: nos llama la atención para que enmendemos nuestras fallas y sigamos desarrollando la profunda individualidad que viene a desplegarse en esta vida, con el cuerpo material como vehículo transitorio. Como todo en una Naturaleza creada y regida por el Amor, la enfermedad, lejos de ser un castigo, es una oportunidad de crecimiento. No importa tanto entonces cuáles son sus causas materiales (gérmenes, virus…), ni la descripción y clasificación de los síntomas, sino aquella actitud o emoción que nos vuelve vulnerables a la acción de elementos o fuerzas hostiles a nuestro cuerpo. Ya no preguntaremos por qué nos enfermamos, sino para qué. El paciente no es un «caso»de «tal órgano enfermo», sino un ser buscando la integración de sus tres aspectos: alma, personalidad y cuerpo material. Y todo esto, que constituye su individualidad en evolución, debe estar en armonía con el Ser mayor, la Gran Unidad amorosa de la cual todos formamos parte.

Vemos entonces que la salud y la enfermdead están en íntima relación con la evolución del hombre. El individuo en desarrollo y la Humanidad. Porque no nos podemos sanar solos. La sabiduría del Padre inscribió en nuestro ser profundo «Ama a tu prójimo como a ti mismo», y la llamada Regla de Oro, «Así como quieres que los hombres hagan contigo, haz tú con ellos»: el aprendizaje y la curación se realizan en comunidad. Nadie está sano si es indiferente al sufrimiento del otro. La salud es una bendición en movimiento que crece cuanto más se brinda.

Pero la salud, al mismo tiempo, es un bien que debe ser buscado por cada uno, deseado, y desarrollado libremente por cada individuo, desde lo más íntimo. El libre albedrío es una clave que, según los antiguos libros de sabiduría de todas las culturas, nos daría razón del sufrimiento, de la enfermedad, de lo que llamamos el «mal». Así, nuestro aprendizaje y crecimiento será por libre elección, por necesidad del alma, que con amor va logrando que la personalidad le permita cumplir la misión, la tarea para la cual nació esta vez. Esta vida actual no es más que un paso en un largo aprendizaje, «un día de colegio», dice Bach. A través de sucesivas encarnaciones(*) el ser se va desarrollando, corrigiendo errores, hasta llegar a participar plenamente del Amor consciente para el cual fue creado. En este proceso, nadie, ni el Creador, puede forzarnos a estar sanos y alegres, y crecer y ayudar a crecer a otros. Esto tiene que ser elegido, buscado, la mayoría de las veces un poco a ciegas, ya que lo que llamamos nuestra conciencia es sólo la punta saliente de un inmenso iceberg sumergido. A medida que nos hacemos verdaderos, estamos más en el camino de la Verdad, con más conciencia. Y en el proceso también puede ayudarnos lo que llamamos «enfermedad»o «mal»: cuántos casos hay de cambios radicales de forma de sentir y actuar a partir de una enfermedad o crisis grave. Y entonces la sanación no es sólo producto de un medicamento bien administrado, o una acertada intervención quirúrgica, sino de la comprensión libremente buscada y lograda por el mismo paciente, que aprendió a «conocerse a sí mismo» y superar la prueba.

(*) Esta idea de la reencarnación podemos aceptarla o no. En realidad no se trata de ‘creer’ o ‘no creer’, sino de investigar, como se está haciendo en universidades y centros de estudio de diferentes partes del mundo. De aceptarla, es una idea que contribuye a hacer más coherente y racional nuestra vida y lo que llamamos nuestra muerte.

Más contemporáneamente y desde otra perspectiva, T. Dethlefsen y R. Dahlke en «La enfermedad como camino» presentan una concepción del hombre, la salud, la enfermedad y la curación bastante afín con la filosofía de Bach. Dicen en el Prólogo: «Este libro es incómodo porque arrebata al ser humano el recurso de utilizar la enfermedad a modo de coartada para rehuir problemas pendientes. Nos proponemos demostrar que el enfermo no es víctima inocente de errores de la Naturaleza, sino su propio verdugo. Y con esto no nos referimos a la contaminación del medio ambiente, a los males de la civilización, a la vida insalubre ni a «villanos» similares, sino que pretendemos situar en primer plano el aspecto metafísico de la enfermedad. A esta luz, los síntomas se revelan como manifestaciones físicas de conflictos psíquicos, y su mensaje puede descubrir el problema de cada paciente».

Muy sintéticamente reseñaremos su posición. El hombre es un ser en evolución, que vive por lo común inmerso en un mundo de opuestos, el mundo de la polaridad (bien/mal, luz/oscuridad, actividad/pasividad, etc. etc). Todo lo que un individuo rechaza absolutamente como que «no va con él» o es juzgado por él como «absolutamente malo» (por ejemplo agresividad, ociosidad, sensualidad, debilidad, o cualquier otra forma de manifestación rechazada) queda en él formando parte de «la sombra», depósito inconsciente de su psiquis. Y desde allí la única forma que estos principios rechazados tienen para expresarse, ya que el individuo ha forjado una estructura rígida por donde no pueden filtrarse, es a través de la enfermedad. Esta sería un medio para que el individuo «se sincere», manifieste esa tendencia rechazada y sepultada en «la sombra», y la integre si logra comprenderla y aceptarla. Y de paso esto lo pone en disposición de comprender y aceptar a otros. La curación, entonces, no consistirá en volverlo rápidamente a la “normalidad» de sus limitaciones, falta de sinceridad y egoísmo, sino en ayudar a su Ser profundo (distinto del Ego) a manifestarse. El terapeuta tendría que ponerse a favor de la evolución, que tiende a llevar a cada individuo del egoísmo al Ser, de la polaridad (en que rechaza lo opuesto a lo que en una etapa considera como «lo mejor») a la Unidad que lo comprende todo.

Volvamos a nuestro planteo inicial sobre la Filosofía, la cual como actitud de «amor a la sabiduría», podría considerarse sanadora. Daría lugar a un conocimiento muy especial en cada uno de nosotros. Un conocimiento que se busca con todas las funciones del propio ser, ya que se funda en el amor, y que nos armoniza, nos equilibra, de adentro hacia fuera. Un conocimiento que va transmutando nuestras emociones y acciones y así nos hace sanos y alegres. Y simples, porque nos acerca al Uno. Este «conocimiento», jugando con la palabra, quizás no es ni más ni menos que «cimiento del cono», y para qué está el cimiento del cono sino para fundar el ascenso hacia el vértice superior, donde todo podemos comprenderlo desde el Uno?

Los maestros de todas las grandes religiones y escuelas de sabiduría nos han dejado señales indicativas del camino que puede conducirnos en esta búsqueda, que nos lleva cuando es verdadera no a “evadirnos a otro mundo”, sino a asumir nuestra función presente en la evolución de nuestro ser y el de nuestro prójimo. Quizás ésta sea la única salud que valga la pena, y todas las dolencias y sus curaciones por las que tengamos que atravesar sólo etapas transitorias de este gran aprendizaje.

No queremos con todas estas reflexiones reducir la función del médico a la de “salvador de almas”, ni dejar de lado los distintos caminos que a través de la historia han recorrido aquellos cuya vocación es auxiliar a sus prójimos en sus sufrimientos. Pensamos que todo enfoque puede ser válido si está encuadrado en una búsqueda de Verdad y Bien, y cuando se selecciona la forma de terapia en función de la necesidad del paciente y no de otras motivaciones. La llamada “docta ignorancia”de Sócrates, de la cual partimos, quizás sea una actitud básica que pueda ayudar al médico a preguntar profundamente al paciente cuál es su dolencia y el sentido de lo que le está ocurriendo, y a partir de allí tener la receptividad necesaria para recibir una inspiración acerca del tratamiento y la orientación adecuados.

Karl Jaspers, pensador contemporáneo que reunía en sí la triple condición de médico, filósofo, y enfermo crónico, ha desarrollado una interesante concepción de la enfermedad y su curación, que si bien en ciertos aspectos es totalmente opuesta a la tendencia a poner el acento sobre la causalidad “metafísica”o “ética”de la enfermedad, llega a la siguente descripción del médico ideal, encarnado en su propio médico, el Dr. Víctor Fraenkel: ¨Su existencia se convirtió para mí en la experiencia fundamental de lo que un médico en absoluto debe ser, en la encarnación prototípica del médico. En el trato con cada uno de sus pacientes poseía en mi opinión una capacidad insospechada de acomodación. Sacrificando su propio yo, se ponía en el lugar del otro; pero con la ventaja de una inteligencia clara, realista, que le abría perspectivas mayores que las del enfermo a quien quería ayudar. Era capaz de entrar en el mundo de cada uno de sus pacientes con sus necesidades, sus valoraciones y sus objetivos peculiares, como si él, por un instante, fuese totalmente uno con el enfermo”.

Diana Venturini
Lic en Filosofía y Letras





Es Mujer

8 03 2009

Fui la primogénita. Luego dos más.
Cuando nací, dejé alelado a mi padre que siendo muy joven, permaneció buen tiempo sentado en un sillón sin poder moverse, su cara entre las manos y un pañuelo arrugado en el puño que desplegaba buscando algún resto de tela seca.
Yo estaba detrás de un vidrio, a pasos. El médico insistía,
-Joven, venga acompáñeme le muestro a su hijita…Levántese hombre, todo está bien. Es mujer, hermosa y sana. Y de un brazo lo trajo a mí. Ambos llorábamos, yo con la boca abierta. Él con los ojos cerrados y sacudiendo los hombros.

Crecí a su lado. A imagen y semejanza construí un Hombre que se le pareciera, que fuera tan fuerte como un Superman, tan firme como roca, tal alto como un monte, inteligente y capaz de resolverlo todo…De muy mal carácter a veces, de genio variable y de un sano humor y magnífica carcajada. Sociable. Tan previsible como inesperado, antagónico conquistador de mundos…Y de mujeres.

Cuando ya no estuve enamorada de él, apareció la imagen de mi madre que claro que siempre estuvo cerca
¡Y cuánto y cómo estaba!
Me encontré entonces con otro espejo en el que mirarme.
Observé que mi padre era lo que ella forjaba. Esa Mujer tenía yunque y fragua.
Ella lo hacía inmenso lo construía a diario y le daba la fuerza para sumar a la suya, lo alentaba y desafiaba. Se oponía y rechazaba o aplaudía asintiendo. Y casi en secreto, decía a mi oído refiriéndose a él,
-Hay tierra fértil, por eso puedo.
Luego, la historia es larga y por momentos torna infeliz.

Así es la vida, de cales y arenas de risas y llantos, de los que se resucita gracias al siempre atento Ave Fénix que nos habita. Y en cada renacimiento, si miramos bien, hay una Mujer que se sostiene y sustenta, que abraza y adora poniendo pasión en lo que hace. Y si miramos mejor, a su lado -real o de recuerdo- hay un Hombre que inspira, insta, motiva, incita, marca senderos.

Por todas estas cosas y más, celebro ser Mujer. Y ser otra cada vez que puedo, transmutar en Una mejor:
Digna de ostentar la función de Madre –de propios a los que siempre se suman ajenos- cada día, ante cada nueva propuesta desafiante, escollo, pendiente, abismo o cima.
Sólida aunque maleable, Firme como roble pero dúctil como junco, sosteniendo el buen humor a pesar de las tormentas, disponiendo la imaginación atenta para crear nuevas y mejores circunstancias.
Creyendo en lo que digo Creer y actuando en consecuencia, demostrarlo.
Orando para rogar me sea dado más Amor, para Dar y Recibir en abundancia.

Especialmente, los 8 de Marzo, no sé por cuántas razones más, Soy Feliz como festejando mi cumpleaños.
V.M.C
Noviembre 5 del 2007





1° de Marzo, Domingo’09

1 03 2009

Para una tarde inestable, busquemos el deleite en la música.
Desde Rusia, el placer de escuchar a Dmitri Hvorostovskii
Aplaudo también.





Rescate

25 02 2009

fenix1-con-mujerSe cortó la luz. Esperé un momento quieta en el sillón. Nada.
Reparé en la serena respiración que acompañaba el leve e imperceptible movimiento de mi cuerpo, suave ir y venir del inspirar y espirar. Conté hasta cuatrocientos de estos.
Durante ese tiempo, del que perdí noción, reconocí que ningún pensamiento atravesó mi frente -porque allí se alojan, como pantalla de cine, en la frente-
Ninguno a la vista. Me asusté. Imposible no pensar.
Por la persiana entreabierta se filtraba un mínimo haz. Claro, de luz.
Igual no veía casi nada, un mareo intenso me hizo perder el equilibrio. A tientas, esquivando la mesa del centro, el sillón de un cuerpo, el piano, la planta, la lámpara de pie y el revistero, llegue hasta el pequeño cajón del aparador, donde te guardé.
Lo abrí sin esperanza de encontrarte vivo, no más que cenizas, pero miré igual con cierta ilusión. Tonta, me dije, no va a estar. Y no estabas ni de rastro.
Te pensé fuerte, fuertemente. Cerré los ojos, como cuando era niña y soplaba las velas de la torta, sacando con el aire el deseo del alma. Puse toda mi energía en recobrarte, te llamé desesperada aunque en silencio. Entonces ocurrió.
Del fondo del cajón asomaste la cabeza como diciendo -Ya voy, no grites.
Se cayeron varias de mis lágrimas sobre tus flamantes plumas y extendiendo las alas, me diste tan fuerte abrazo que volví.
Gracias mi querido Ave Fénix. Gracias por resucitar siempre a tiempo para que yo renazca.
V.C.
Publicado el 10/04/08





No admite comentarios, lástima.

25 02 2009

Un buen tiempo ocupé, queriendo descubrir qué cosa hacía yo tan mal, como para que mis pretendidos comentarios al Blog de Andrea Emma Balbotín Nesvara y Colaboradores -no considero el orden que dan a cada cual por desconocimiento- todos de excelencia, por cierto, decía: me intrigaba que no pudiera subirlos a sus textos.
Hoy leo: comentarios off -reacción aletargada, frecuente-

Sus razones tendrán, ¿Debieron haber generado polémica? No lo sé.
No comparto la idea, me parece horrible cerrar las posibilidades a los buenos lectores, a los que sumamos y aunque restemos, siempre desde un buen fundamento. Pretendiendo aclarar los puntos en nebulosa, sin intención de protagonismo ni alardeo.
Ergo, comentaré en mi blog los post que me plazcan por excelencia, por discenir, por acuerdo, por gracia y asombro. Por el simple placer que me genera la estética desplegada y por los muy buenos textos que leo calladita la boca.
Porque Señores, con todo respeto y sin ánimo de contienda alguna:
Jamás leí que Dios ni Su Amado Hijo Jescristo, hayan pronunciado eso de «Ud. se calla. Y si quiere decir algo, cállese. No hace falta» -Como decir, No nos interesa su opinión-
Por más derecho que tengan,
Me molesta.

…………………………………………..

Antes de mis vacaciones, un mensaje para ti…..
11 Febrero 2009 – 23:34
Escrito en 1, Abandonarse, Abandono, Amor, Caridad, Dios, Esperanza, Fe, Perdón, Santidad, Trascender
Etiquetado Caridad, Esperanza, Fe
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Antes de salir de vacaciones (merecidas por cierto, ha sido un año muy duro y difícil el que ha pasado y que mucho agradezco a Dios) dejo a ustedes mi último texto hasta mi regreso, en marzo.Bendiciones en Cristo y la Mater y gracias por leer este humilde, pero lleno de amor, sitio, dedicado al amor infinito y perfecto del Padre
Andrea Emma

1.- Sé siempre tú mismo, aunque no seas aceptado, Dios te ama como eres, así con tus fallitas y tus tantas virtudes
2.- No tengas miedo, que el temor no es de Dios, pues El habita en ti y todo lo puede, no hay imposibles para El. El es fortaleza y protección, roca y rostro viviente.
3.- Usa tus propios dones para servir al prójimo, abandónate a ti mismo y no uses a los demás para potenciar lo que por gracia te ha sido dado. No manipules.
4.- Ama todo cuanto puedas. Ama , simplemente ama, porque si primero amas a Dios por sobre todas las cosas, por añadidura amarás al prójimo con todo tu corazón
5.- No esperes reciprocidad en el amor, sólo ama sin esperar nada a cambio y recibirás más de lo que imaginas, pues quien nada espera todo lo recibe. Ese amor desinteresado todo lo puede.
6.- Graba a fuego tus principios basados en la fe, no trances. El demonio tiene mil caras, no cedas, domina tus pensamientos y no dejes que ellos te dominen. Que sea Dios Luz en tu vida
7.- La fe es un proceso, sigue su camino que te lleve al fin último: alcanzar la santidad, inténtalo ¡vamos! Inténtalo….
8.- La vida es bella, de lo malo siempre hay que sacar lo bueno; renegar es ingratitud, siempre hay vuelta atrás, frente a lo que Dios nos pone delante, sino no podríamos surgir y menos arrepentirnos ¿no crees? Y ser, así , cada día mejores ¡Aprovecha!
9.-El pedir perdón ennoblece, enaltece. El omitir disminuye el alma noble que hay en ti; la humildad nos acerca al Padre, la soberbia duele a Dios, es un golpe como un azote en Su pasión- Y aprende a perdonar aún cuando nunca te pidan perdón. Dios lo hace con sus hijos ¿por qué nosotros no?
10.- Nunca olvides el poder de la oración y que nuestra relación con el Padre es personalísima, es TU relación con un Padre que es sólo Amor, perfecto amor, lleno de misericordia y esperanza, aún caigamos miles de veces , nuestro Amado está ahí para levantarnos, sostenernos, tender sus manos y continuar junto a nosotros el camino conducente a la santidad. El retorno a Su morada.

Andrea Emma Balbontin Nesvara

Comentario de Viviana:
Gracias por estro Andrea, es necesario que de vez en vez recordemos fundamentales premisas de Fe y Conducta Cristiana. Que sea reparador tu descanso






El arte de encontrar a Dios

20 02 2009

filosofia_logoLa Humanidad jamás hubiese dominado la materia natural de su entorno si no hubiese sido por un hecho aparentemente sobrenatural que es la intuición de Dios. Esto y no otra cosa la diferenció definitivamente de las bestias.
Según las más antiguas tradiciones –que no contradicen a las últimas investigaciones de la ciencia- el que habitualmente se llama “Homo Sapiens” no fue el comienzo de la Humanidad, sino los restos de una forma anterior cuya cultura y civilización fue destruida, generando otra nueva, la actual.
Lo característico de este “Homo Sapiens”, y lo que le diferencia del degenerado humanoide al que se denomina “Homo Habilis”, es que desde el principio, toda su vida, reflejada en los restos de sus obras, está impregnada de magia, es decir, de una instrumentación metafísica al servicio de un contacto, más o menos misterioso, entre su propia identidad espiritual y lo Divino.
Los cultos a la Gran Madre o al Padre Oso no son más que formas externalizadas de una percepción viva y permanente de un “Algo” que está más allá de lo estrictamente visible, con un número indeterminado de intermediarios, desde los Espíritus de la Naturaleza hasta los grandes Dioses que rigen el destino de los astros, incluyendo nuestra propia Tierra. A través de los centenares de milenios, de los ciclos y de las vicisitudes de todo tipo, el Hombre trató de comprender más o menos intelectualmente esa Intuición Instintiva de sus antepasados. Y así como algunos se especializaron en el manejo de la madera o de la piedra, otros lo hicieron respecto a lo metafísico y al resumen de los conocimientos más elevados, una Magna Ciencia que se conoció luego como Magia.
Pero la internalización de estos conocimientos espirituales fue diferenciando, en el contexto de cada pueblo, la casta de los sacerdotes. Éstos pronto comprendieron que sus vivencias espirituales no eran transferibles a las masas si no lo hacían a través de parábolas, cuentos anecdóticos, reglas morales y un ceremonial que ayudase a los menos favorecidos en sus contactos con lo Divino a percibirlo aunque fuese esporádicamente. Así nacieron todas las religiones. Pues Aquel que había recibido la Chispa Divina en Su Seno y la posibilidad de expresarla de manera sencilla y codificada, se convirtió en el fundador de una religión.
A pesar de las terribles pérdidas que la ignorancia y vocación por la destrucción que aún sienten casi todos los seres humanos han provocado, nos quedan los restos más o menos enteros de las últimas religiones que en el Mundo ha habido. Estos restos se adaptan al momento histórico y al lugar geográfico en que fueron emitidos, y así es lógico entender que un Sidarta Gotama Buda, en el siglo VI antes de la Era Corriente, no pudo haber dado el mismo Mensaje que un Jesús el Cristo, quinientos o seiscientos años más tarde en otro tiempo y otro lugar.
En el mundo actual existen millones de aparentes ateos y también millones de creyentes de alguna de las grandes religiones, como ser el Brahmanismo, el Budismo, el Cristianismo, el Judaísmo o el Islamismo. Junto a ellas existen miles de sectas de estas mismas creencias y otras de origen confuso.
¿Por qué decimos “aparentes ateos”?
Porque si bien los hay que legítimamente no creen ni perciben a Dios de ninguna manera, y hasta proclaman que éste es un concepto completamente artificial creado a la sombra del terror que inspira la muerte, la mayor parte rechaza, no tanto la posibilidad de una Inteligencia Cósmica movida por una necesidad o Voluntad Superior, sino las formas infantiloides con que las religiones en general presentan los grandes misterios que acucian al Hombre desde su origen.
Los extraordinarios avances tecnológicos y las vías de conocimiento científico que se han abierto a la experiencia humana en los últimos dos o tres siglos, han hecho insostenibles las más populares creencias sobre un Universo creado hace menos de 7.000 u 8.000 años, los infiernos y paraísos físicos, la resurrección de la carne o los mares que se abren para que pasen los pueblos elegidos y se cierran para ahogar a sus enemigos. Hoy hay muchas personas que viven con el corazón o el hígado injertado a partir de un cuerpo ajeno, vuelan en aparatos que superan largamente las más altas montañas y dan la vuelta al mundo, y existen otros artefactos fabricados por manos humanas que han sobrepasado todos los “cielos” que figuraron durante milenios en los Libros Sagrados. Y junto a estos éxitos indudables, como tantos otros que sería tedioso mencionar, el Hombre va descubriendo que el planeta en el que se asienta es como un ser vivo más, y que sus habitantes, sean vegetales, animales o humanos, tienen cuerpos maravillosamente diseñados, con índices de rendimiento, supervivencia y reproducción que ninguna máquina puede lograr.
Sin embargo, el materialismo imperante hace que esas maravillas no pasen de ser objeto de curiosidad, y que en lo religioso se siga exigiendo a los viejos textos, tantas veces distorsionados, las respuestas a todas las preguntas, entre ellas, la muy fundamental del arte de encontrar a Dios. Y cuando no se hallan, no se niega el texto o se buscan sus simbolismos, sino que se niega la existencia del Ser Divino, con su secuela de angustia, depravaciones y maldades.
Este error es funesto para la calidad del Hombre y lo bestializa, haciéndole “caer hacia atrás” en el ateísmo más estúpido o en el fanatismo más cerrado.
Proponemos otra vía, que es la filosófica a la manera clásica.
Esta vía puede, con relativa facilidad, llevarnos al encuentro con Dios en nosotros y en todo nuestro entorno.
Si detenemos nuestra inercia materialista, nuestro “peso” de angustias, ignorancias y cegueras, descubriremos de manera sencilla que todas las cosas, desde las estructuras subatómicas hasta los nidos de galaxias, pasando por los diseños artístico-funcionales de las alas de un insecto hasta el esqueleto que sustenta nuestras carnes mortales, están pensadas y calculadas con sobrehumana precisión. Que es evidente una ecología funcional que relaciona todos los elementos universales, regidos por leyes cíclicas sapientísimas.
Deteneos y observad.
Ved la armonía maravillosa que encierran los pétalos de una flor o las estructuras cristalinas. Ellas, de por sí, jamás pudieron “pensarse” de manera de volverse tan perfectas y asombrosas. Tiene que haber “Algo” que las pensó y diseñó, y ese Pensamiento necesita de una Voluntad que lo genere y justifique.
Un sano “Panteísmo Filosófico” demuestra a los humanos inteligentes y libres de prejuicios la presencia de un “Algo Superior” al que bien podemos llamar Dios, y que expresado a través de innúmeros intermediarios, plasmó tales maravillas. Ese “Algo” no ha olvidado a nadie ni a nada. Todo está inteligentemente vivo y es eficaz.
Deteneos y observad.
No es pérdida de tiempo, sino todo lo contrario la contemplación activa de esos prodigios que se dan en los múltiples ojos de una mosca o en la estructura aerodinámica de una golondrina.
Los materialistas dicen que todo esto es fruto de la evolución, de la casualidad, etc. Los nombres no interesan… una evolución inteligente que aprovecha las experiencias, y una casualidad que no tiene nada de “casual” sino que es un eslabonamiento de causas y efectos, demuestran que nuestro Universo y nosotros mismos estamos dentro de un “Macrobios”, de un Super-Ser que ha motivado una super-existencia de funcionalidad prodigiosa. Y en ella estamos inmersos y ella está en nosotros, en todos nuestros aspectos y planos de conciencia.
Todo es Dios
Pues si así no lo fuese, si una sola mota de polvo estuviese carente de Dios, esta mota de polvo limitaría a Dios y esto es una aberración ya que el atributo esencial de Dios es, por fuerza, la omnipresencia en todo y todas las cosas y seres, los que, si no existiese Dios, tampoco existirían. Esa mota de polvo de nuestro ejemplo, vista a través de un poderoso microscopio, se nos revelará como un micro-universo tan armónico, vivo y eficaz como el Sistema Solar.
Si recobramos el actualmente casi perdido arte de encontrar a Dios, nos liberaremos de muchas limitaciones, racismos y fanatismos. Nos liberaremos de la angustia y seremos naturalmente voluntariosos, buenos y justos.
Dios no es un juez severo, ni un padre, ni una madre, ni un verdugo… Dios es simplemente DIOS… Quien lo encuentra, lo sabe.

Jorge Ángel Livraga
[portalfilosofia] Boletín del Portal de Filosofía: Número 93b. El arte de encontrar a Dios





El hombre es milagroso -Dr. Jorge Carvajal Posadas-

17 02 2009

El hombre es milagroso en cuanto que puede transformar su pasado.
Algunos dicen «no se ocupen del pasado que el pasado ya no existe»,
pero el pasado está vivo, presente, doloroso, en cada una de nuestras
células, frecuentemente, produciendo enfermedades. El problema del
pasado es simplemente que haya pasado, que lo dejemos atrás como una
estatua congelada. Pero al pasado hay que hacerlo presente vivo para
transformar su historia, para leerlo en otro código, para
interpretarlo en el código del amor, y, cuando interpretamos el pasado
en el código del amor, nuestras heridas de la infancia se sanan. Y ahí
nosotros somos los psicólogos, los psiquiatras, podemos sanar nuestra
vida; todos estamos llenos de dolores, y a veces de dolores absurdos,
que cargamos en la vida sin ni siquiera reconocer que existen.
La técnica respiratoria es muy importante, sobre todo la fase de pausa
respiratoria, ¿por qué razón? Porque cuando tú respiras lentamente y
haces una pausa en la inspiración, la energía del inconsciente y el
subconsciente sale a flote, es decir se pregunta ¿que pasa aquí que no
están respirando? En ese momento el inconsciente hace aflorar a la
consciencia una parte a la que no habíamos tenido acceso, de la que
éramos víctimas pero que no habíamos reconocido nunca en la vida, y en
ese momento podemos dialogar con el subconsciente y podemos sacar
nuestras heridas más profundas. Cuando hacemos eso podemos ir más
lejos, así es como actuamos para la autosanación.
Yo puedo decirme, por ejemplo, ¿de dónde viene esta alergia?, si tengo
una alergia y quiero librarme de ella. La alergia es algo que rechazo,
un virus, una bacteria, un hongo, el frío, el calor, pero eso no es
del todo cierto, eso es quedarnos muy cortos. No hay personas que sean
alérgicas sólo al frío, las personas alérgicas al frío también tienen
miedo a la soledad, tienen miedo al frío del alma, al frío en los
sentimientos, a la frialdad del papá o de la mamá, al desafecto, es
decir, el frío es simplemente un símbolo.
Cuando yo soy alérgico a algo, hay algo que rechazo o que temo.
Entonces si quiero cambiar mi alergia, reconozco mi alergia. Si sé que
no reconozco mi alergia porque me hace sentir vergüenza, entonces
trabajo con la vergüenza: ¿que cosas en la vida me evocan vergüenza?
Luego experimento el sentimiento de la vergüenza y veo como
experimento la vergüenza, a veces me pongo pálido y frío, otras veces
me pongo rojo como un tomate, otra lo experimento como un vacío o como
un hueco a nivel del plexo solar, la puedo experimentar de muchas
maneras. Dónde y cómo experimento la alergia, me da una idea de la
parte de mi energía que está comprometida.
Vamos a ver otro sentimiento, el miedo, yo diría que la mitad de
nuestros lumbagos son por miedo. El miedo provoca más lumbago que
todas las hernias discales, todos los problemas articulares, todos los
problemas de columna, porque el temor hace que metamos, literalmente,
el rabo entre las patas, cerramos el esfínter anal interno, a ese
nivel, hay un centro de energía muy importante y, nos cerramos a la
vida, contraemos toda la musculatura lumbosacra, esa parte queda mal
irrigada y nos dan unos lumbagos terribles, y ese lumbago es el nombre
clínico del miedo.
Si logro reconocer el núcleo del miedo, si logro observar mi cuerpo y
veo que tengo los glúteos y toda esta parte contraída, si logro
respirar hacia esa zona y liberar el sentimiento del miedo, y llamar
al miedo y decirle «tú eres la mejor parte de mi mismo, cuando
asciendes y te revelas, eres mi prudencia, ya no eres miedo, sino que
eres prudencia, eres parte de mi amor también». Cuando yo, a través de
la respiración, logro ascender esa energía del miedo, y logro
trasmutarla al altar del corazón, que es donde realmente nace el
hombre que puede sanarse y puede sanar la vida, entonces desaparece el
lumbago.
Mi resentimiento, mi odio, frecuentemente, está anclado en mis
articulaciones. Yo estoy así totalmente rígido. A veces, con el puño
apretado en la noche, inconscientemente, dispuesto a pegar y a
agredir. Pues bien, ese dolor articular, es resentimiento congelado en
esa parte del cuerpo. Si logro experimentar ese dolor y asociarlo a mi
sentimiento de ira y a mi resentimiento, y logro comprender que mi
resentimiento es algo que se construye en el plexo solar, que bloquea
la energía aquí y no permite a la energía acceder a mi corazón, ni a
mi sistema inmune, puedo hacer mucho más que el reumatólogo, o puedo
ayudarle mucho, para curar y sanar mi artritis, y yo soy responsable,
no tengo que esperar que el reumatólogo me resuelva el problema.
La enfermedad es mi problema, no es el problema del médico, es mi
responsabilidad, yo también tengo que ver con eso. La medicina no
puede ser el arte de pasarle la pelota al médico, porque le pagamos.
La nueva medicina de la consciencia, es el arte de responsabilizarnos
de nuestra vida, y de descubrir que realmente podemos hacer mucho por
nuestra vida.
Frecuentemente, vemos que una persona con un cáncer ha tenido un
shock, o una pérdida afectiva muy grande. Si una pérdida afectiva le
produce un vacío existencial de tal dimensión que se vuelve un vacío
de energía, y permite que las células degeneradas puedan invadirle, es
porque estaba apegado, ese es el problema del apego que yo debo
reconocer. Si alguien se va y yo lo vivo desde el amor, desde el
desapego, sé que su consciencia está conmigo, lo dejo partir no lo
amarro.
Muchas veces, vemos a alguien al que se le muere el papá o la mamá
pero no lo deja partir, eso es literalmente cierto, se queda con parte
de su energía anclada al plexo solar. Esa anclada energética puede
crear crisis de pánico, de hipertensión, cosas violentas en la
clínica. Si nosotros logramos que la persona se sane, es su alma la
que lo sana. El sanador no lo hace por el paciente, yo como sanador
soy un imán que le doy la carga que su alma necesita, realmente, la
sanación es rescatar la autonomía, la autogestión, y la libertad del
otro, para sanarse. La verdadera sanación es darte las herramientas
para que tú, desde tu consciencia, te sanes, no desde tu consciencia
racional, sino desde tu sentimiento, desde tu amor, desde tu afecto.
Frecuentemente cuando uno está haciendo una sanación, ve que la
persona, aunque no le haya dicho ni una palabra, empieza a llorar y a
sacar su resentimiento, y luego siente una sensación de paz, que no es
mi paz, es su paz, es la paz de Cristo que también habita en la
persona que está siendo sanada. La paz está ahí, ha estado siempre
ahí, es parte de nuestra esencia, se trata simplemente de quitar todos
aquellos apegos, aversiones, sentimientos, separatismos, toda aquella
capa de ignorancia, para que la paz se revele tal cual es, y cuando la
paz se revela, germina el amor, y cuando germina el amor la sanación
es posible, aunque lo que tenga sea un cáncer, o un lupus.
Pero no te culpes si no lo logras, porque tú participas también en los
problemas genéticos de la herencia, de la humanidad como grupo. Esto
no es para creerse superman, uno puede ser muy orgulloso y decirse
«estoy triste porque no me curé el cáncer», eso no es un fracaso, el
cáncer es un maestro, a veces aprendemos la lección en una ocasión,
otras veces necesitamos diez oportunidades, y otras necesitamos cien
vidas tal vez, pero lo importante es aprender la lección. Uno no
aprende medicina de un día para otro, hay lecciones supremamente
complicadas y difíciles. También nos diplomamos o nos especializamos
en el alma, cuanto más grande sea el desafío, más grande es la
oportunidad de crecimiento.
Yo solo les he puesto un ejemplo de cómo podemos retomar nuestras
emociones, identificar nuestras emociones, aceptarlas, no seguir
huyendo de ellas, y así poder transmutarlas. Pero una vez que sentimos
la emoción, hay una pregunta fundamental ¿cuál es la lección que hay
debajo de esta emoción negativa? ¿Cuál era el mensaje, qué me quería
decir esta actitud y esta enfermedad?
Cuando yo no digo NO, en la vida, termino resentido y con ira, pero la
ira no es el problema, la ira me está diciendo que hay que aprender a
reafirmarme diciendo NO. La ira es la mejor estrategia de
autoafirmación. Cuando yo manifiesto la ira y la transmuto, esa ira se
vuelve sanadora, es lo mejor de mi fuerza, mi ira barre y limpia la
casa y hace las cosas más rápidamente, ustedes han visto a un ama de
casa que en su ira revolotea y el almuerzo está hecho a las diez de la
mañana. Yo sabia cuando mi mamá estaba iracunda, porque a las diez de
la mañana mi casa estaba como un espejo. Es así, la ira es una forma
de energía que se puede transmutar físicamente, el hecho de que la
transmutemos físicamente, no resuelve la fuente de la ira, la fuente
de la ira es la necesidad de autoafirmarse, y la necesidad de
autoafirmarse es la necesidad de renunciar a la falsa complacencia.
Crecer espiritualmente no es decirle que sí a todo el mundo. El
crecimiento espiritual no tiene nada que ver con la bobada, perdónenme
la expresión, pero ser espiritual no es ser bobo, y ser tolerante no
es ser bobo, la tolerancia no excluye la autoafirmación. La
autoafirmación es condición del crecimiento espiritual. Así que yo
tengo que descubrir la lección, debajo del evento negativo, porque el
evento negativo no es sino la apariencia, la sombra. Pero esa sombra
cuando la quito abre una puerta luz, una lección que yo puedo aprender
en mi vida.Dr. Jorge Carvajal Posada





A veces pasa

11 02 2009

Que la inspiración nos llega de madrugada en medio de una lluvia torrencial, nosotros adentro y ella afuera, claro.
Y comenzamos una historia ni tan cuento ni tan cierta.

Él dijo que podríamos hacerlo y bueno, al fin logramos la salida prometida.
Ni fue Grecia ni la Biblioteca estilo inglés de nuestra propiedad, con la que soñamos casi en disparate -seguiremos haciéndolo-
Nada de eso.
Un sencillo borde al mar argentino.
Del Hotel, fantástico, porque lo hallamos de casualidad –que no existe- nos separaba la playa y una mínima avenida también de arena. Desde la ventana del cuarto, pudimos disfrutar el nacimiento del sol, su esplendor y ocaso.

Una mañana le rendí culto como Shu Ka lo hiciera y Ra respondió permitiéndome mirarle a los ojos.
Sí, un fenómeno especial, cual eclipse, hizo que quedara encendido en el centro y opacado en los bordes, pude verlo si lastimarme.
Le agradecí. Luego volvió a su normal encandilamiento. Se hizo de oro y fuego.
Esta parte es el nocuento que hasta ahora no te conté:
En los buenos días que usamos para hacerlos nuestra historia, el Sol entró un rato al cuarto para jugar conmigo.
Las olas oficiaron de cortejo entre desordenados movimientos, el viento se hizo brisa dejando quieta la arena.
Y vos, mí querido, dormías placidamente. Sentí frio. Te abracé.





Silencio

23 01 2009

Hace tiempo que no posteo nada nuevo, porque no tengo nada nuevo que decir.
Pensar que alguna vez, alguien usó este argumento para explicar el porqué no escribía y me molesté. No lo consideraba una razón válida,
-Uno siempre tiene algo que decir, que contar o compartir, le respondí.
Claro, ahora entiendo, no siempre se quiere compartir y este espacio es para eso, Comunicarse, es compartir.
Porque a pesar que podemos escribir cuentos fantásticos, inventados, creados de la nada que surgen de la misteriosa mente donde todo es posible, entre líneas, se nos escapa un poquito de cosa cierta, circunstancias que nos conforma para alegría o pena, pero real.
Debe ser que no quiero mostrarme ni por el ojo de la cerradura, o es probable que naturalmente y sin sacrificio, ejercite esto fundamental: Hacer Silencio.
Seguro es eso, siempre llega el momento. Lo prefiero a creer que no tengo nada nuevo que decir, o que no quiero compartir,.
Tal vez un día de estos ponga luz a las palabras, las anime y salgan a contarles el cuento que me cuentan.





Shu-Ka

8 01 2009

El hombre continúa con las piernas adentro del agua que corre por las manos durante su trabajo.
Arma con destreza la malla de juncos que alisa y limpia una y otra vez entre los labios, atrapando así los residuos que arrastra el río, no debe quedar rastro de ellos en el tejido. Entre sus piernas amarra el cesto que cobra forma.
Ya pronto termina este canasto. Vigila, sobre la orilla algún otro más alto, secándose al sol.
Shu-Kah no resiste el dolor de sus huesos. El frio que siente en los pies escala impiadoso las piernas, las rodillas arden, ambas sensaciones son tan intensas y cotidianas que ya forman parte de él, lo acompaña, como si lo persiguiera, se instala adentro, a su lado antecede el paso lento, insiste persistente, continuo.
La sordera del dolor no escucha la súplica.
Indiferente, sigue, el dolor también.
Shu Kah es el cestero fúnebre, el que construye tejiendo, la última cama del hombre. Tarea valorada aunque de lejos, el egipcio es sensible a las supersticiones. No es temido como el embalsamador, de él nadie huye, se lo saluda con reverencia cuando se acerca a la Metrópoli. Más aún, cuando lo hace vestido con el atavío sacerdotal.
En esas ocasiones, la expresión de Shu Kah es otra.
Imponente, como su altura, avanza en el carro de pie. Sostiene las riendas ásperas que tiran con fuerza dos caballos blancos. Parece de guerra, pero es de paz. De paz altiva,soberbia, avasallante. Trasunta orden y serenidad interior, en armonía con el alma y los dioses.
El cestero fúnebre y el sacerdote, se conjugan, fusionándose avanzan.
Los niños pequeños saltan al carruaje, acarician su brazos fuertes, lampiños, de bronce.
Shu Kah sonrie sin hablar, los mira de reojo y sigue la marcha.
Los más grandecitos, como sus padres lo hacen,también inclinan la cabeza hacia adelante.
Deben llegar después que él lo haga, no hay prisa.
El Sacerdote encabeza la comitiva de fieles.Un templo de piedra de grotescas dimensiones , la cima de una baja colina, también espera.
El Sol parece detener su descenso hasta el ingreso de la comitiva y como suspendido entre el cielo y la línea del horizonte, el Rey Sol, aguarda por él.

«Bendito sea tu reino, tu poderío y benevolencia,
Oh Señor que todo lo ves, que todo iluminas,
Oh glorioso Señor, gracias por éste día y por todos los que quieras darnos,
Gracias por el amanecer, por el calor ardiente y la tibiezade tu muerte.
Vuelve oh Señor de Señores a iluminarnos con tu fuego,
Resplandece en nuestro Espiritu,
Se en cada uno de los hombres que te adora y glorifica,
Se cada día para que seamos en Ti,
Oh Señor de Señores…»

Y vuelve a comenzar, hasta que el Señor Sol se oculta saludando a sus fieles con un mínimo rayo amarillo, casi ocre, algo violaceo para dar paso a la sombra.
Shu Kah canta el rezo de rodillas, frente al Dios Sol, de espaldas a los hombres que en igual posisión, extienden los brazos a un lado paralelo a la arena, las cabezas permanecen pendiendo, los ojos cerrados, la mente en luz, los cabellos desatados presa del viento que arrastra polvo y calor.
Los Adoradores del Dios Sol, se despiden del Amo y Señor de la Tierra.
Van a descansar el día hasta el otro día, hasta el amanecer. Vuelve la peregrina comitiva a sus aposentos, pequeñas y bajas chozas de piedra, juntas sus paredes laterales, buscando protección una con otra.
Alguna sombra comienza adibujarse en la callejuela de piedras blancas.
Shu Kah también regresa, el día concluyó, lo espera su nadie con quien convive desde siempre.
No conoció a sus padres ni preguntó por ellos. Nada lo inquietaba demasiado sobre sí mismo excepto su función.
Nació Sacerdote, el tiempo se detuvo en el día de su consagración. No conoció mujer alguna, ni la deseo jamás. Su función es su pasión y con ella terminará sus días. Fue uno de los elegidos, un privilegio entre los hombres de humilde casta. De entre ellos, el mejor, fue enseñado en las artes de leer y escribir en piedra y en papiro. Lee el Libro de los Muertos a los muertos, recita de memoria ciento ocho oraciones sin errores, habla en lenguas extranjeras y hasta pudo acercarse cien pasos de distancia al Faraón.
Desde niño, es diestro en el arte de la cestería, pinta con bermellón, verdes y azules los juncos secos. Usa los barnices con buen gusto. Algunos son ornamentados con pedrería de poco valor. Sus cestos siempre fueron diferentes, los mejores, los más costosos. Sonríe con bonanza cada vez que acaba con uno de ellos, locontempla, lo acaricia, lo almacena con reserva, cierra lapesada puerta de maderos que los guarda en el subterraneorecoveco debajo de su vivienda, lejos del calor del sol.Cada tanto, abre la compuerta barre el piso arenoso, sacude el polvo a los cestos, rocía con agua del río el suelo,deja que los salpique la humedad a fin que no se reseque elmaterial antes de ser usado.No hay tacha en él.Los sentimientos de shu Kah son amorosos sin amar a ninguno en especial, es un Ser de la Luz.
A él recurre el hombre enfermo a quien sana su mano derecha, la que hace. La izquierda, la que piensa y siente,la reserva para los males del alma, pàra el que sufre penas por amores que fugan y malqueridos cariños que no regresan,para el dolor que la muerte deja en el que queda vivo, para el llora y bebe, para el que bebe sin llorar.Shu Kah es médico. Sus remedios salen de plantas y flores del desierto, de algún gusano y del veneno de la cobra a la que domina con una fina fluta de caña seca y perforada.
Muchas veces un cesto fúnebre sirvió para transportarlas desde los papiros que bordean el río.
Sabe que pronto llega su hora, lo siente en el pecho, en lapiel, en los pensamientos.
Cada noche retoma el Libro, para recordar cada palabra, para no omitir ninguna cuando cruce el río y le pregunten, para cuando el alma se deposite en uno de los platillos, su cuerpo en el otro…y báscula dictamine el veredicto.
Tampoco le importa demasiado el juicio. Lo tiene ganado,él lo sabe.
Nada lo intimida, sólo El Sol.
Cómo podrá mirarlo tan de cerca cuando llegue el momento ¿Podrá hacerlo? ¿Se le permitirá hablar en ese momento? ¿Se dejará abrazar el Sol sellando el reencuentro?
No lo sabe, esto sí lo inquietó desde pequeño. Y cree que será el último pensamiento que cruzará su mente cuando llegue ese segundo mínimo de pasar a la otra orilla, sí ese será, está segurode ello.
Y entre los niños que cantan y hacen rondas batiendo palmas sin ritmo, ve pasar uno mujer de lánguida figura acompañando el paso con un leve movimiento de sus caderas estrechas.
Llevaba un cesto también, pero…Ese canasto le pareció reconocer sus manos en el tejido, las guardas rectas, los colores dispuestos.
Era uno de los suyos, ¿Por qué razón lo lleva esta mujer? , ¿A dónde se dirige? ¿Quien es ella? ¿Cómo no reparó antes en esta graciosa mujer, delgada como espiga, alta más que un junco, fuerte aunque débil…¿Quién es ella? ¿Y por qué se dirige a él con tanta seguridad?
Los niños siguen sus juegos y él sentado, la observa, no cambia el rumbo viene hacia él.
La mujer le sonríe con dulzura, sujeta el cesto bajo el brazo derecho, «El de hacer» se dice, mientras tiende la izquierda hacia el hombre, que con gesto de asombro, entorna los ojos y se deja ir encandilado por el último rayo del dios Sol, ese, que lo espera.
-Hermosa eres Mujer ¿Dónde has estado? ¿Por qué te ocultaste de mi tanto tiempo?
Dime tu nombre, háblame. déja que sienta el aroma de tu piel, abrázame por favor, deja que duerma en tus brazos, estoy tan cansado.





La Inteligencia

31 12 2008

573Usa tu inteligencia para buscar las cosas donde estén en vez de donde no están, aunque esté oscuro, mira adentro..

Una noche la gente vio a Rabiya buscando algo en la calle. Frente a su choza se congregaron muchos vecinos que vieron a la vieja mujer, y le dijeron: `¿Qué pasa? ¿Qué estás buscando?` Ella dijo: `Perdí mi aguja`. Y entonces comenzaron a ayudarla.

Después a alguien se le ocurrió preguntar: `Rabiya, la calle es grande y está cayendo la noche, dentro de poco no habrá más luz y una aguja es algo tan pequeño… ¿nos podrías decir exactamente dónde cayó?`

Rabiya dijo: `La aguja cayó adentro de mi choza`. Entonces los vecinos dijeron: `Te volviste loca; si la aguja cayó adentro de tu casa ¿por qué estás buscando aquí?`.

Y ella contestó: `Porque aquí hay luz y adentro de la casa no hay luz`. Alguien dijo: `Aún si aquí hay luz ¿cómo vamos a encontrar una aguja si no es aquí donde se perdió? Lo correcto sería llevar la luz dentro de la casa, para que puedas encontrar la aguja`.

Y Rabiya rió: `Ustedes son tan inteligentes para éstas pequeñas cosas. ¿Cuándo van a usar vuestra inteligencia para la búsqueda de la vida interior? He visto a todos vosotros buscar por afuera y sé perfectamente bien, lo sé por mi propia experiencia, que lo que ustedes están buscando se perdió adentro. ¡Usen vuestra inteligencia! ¿Por qué están buscando la dicha en la vida exterior? ¿La han perdido allí?

Se quedaron pasmados y Rabiya desapareció dentro de su casa.

Sufis: El Pueblo del Sendero
Vol. 1, pp. 283-285
Osho . Conectándonos .





Echa perfume al andar

25 12 2008

Navidad, 2008

Nunca es igual, cada año parece que llega antes de lo previsto. Cronos acelera el ritmo o la percepción se adelanta a los hechos y ahí nos encontramos de nuevo armando el arbolito. Dejando el mejor mantel como nuevo y comprando jazmines o rosas, margaritas, campanillas, crisantemos.
Compre Ud. lo que le plazca,
Yo, jazmines.

Noche Buena,
“Y ahora, que nos quedamos solos por un momento, entre la mesa tendida, la casa cargada de aromas deliciosos, ahora que estamos por medio segundo extendidos en el sillón, cuando escucho que Enya armoniza cada día mejor con mis estados…Ahora que también yo huelo la mejor fragancia y mi cara reluce entre dorados y marrones que mitigan el cansancio y los zapatos me duelen y las medias me dan calor…Estoy por caer en tus brazos y dormir la siesta más corta, en la noche más larga.
Antes que todos lleguen, antes que invadan los nietos, antes que el árbol sea ladeado por manitos que tironean de luces que prenden y apagan y todos corramos a sacar al chico del peligro…Antes que la montaña de paquetes oculte al menor de los cinco, el gateador.
Abrázame cielo, que esta solera sensual, es fria. Abrázame que te extraño ya y dentro de un rato, cuando te roben los yernos, las gracias de los niños y el sonido a los cientos de abuelos, que como vos, se encargan de las explosiones peligrosas o de las cañitas al cielo y de encender las ‘inofensivas’ estrellitas para los más chiquitos.

Así nos encontraron al entrar a la casa, dormidos bien apretujados. Nuestros hijos entonaron bajito nuestra canción:

“Vamos amarraditos los dos, espumas y terciopelos,
Tu con un recrujir de almidón
Yo serio y altanero”

La parte de la gente que mira por la calle con envidia, la obviaron.
Suerte, porque es Noche de Amor”

¿Y qué tiene que ver con Enya?
Nada. ¿Y con el perfume al andar?
Todo

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Tauro

18 12 2008

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Desde aquí te veo mejor, te tengo en la mira, puedo observar el aguerrido gesto que traes pensando la embestida.
Sólo el público anima, grita y empuja a lo que no queremos.
Te miraba ayer en el corral y valoré tu juventud. Tensos músculos de acero, el espasmódico temblor de los tendones, los ojos vítreos apenas parpadeantes, tu pelambre alisado, brillante, engalanado.
Y ahora Yo, tan bien puesto, con la impronta en alto y la frente en baja, ladeada la montera a modo distraído, las lentejuelas del chaleco dando señales de alerta.
Tu tan joven. Yo, conmovido en mis reflexiones y sintiendo los años vividos, más en los sentimientos que en el cuerpo.
La pata delantera se arrastra lenta, provocativa, levanta polvo que dispersa la brisa.
Firmes los dos, mirándonos, como a sabiendas que deberíamos evitar el final aunque el estoque se prepare en alto.

¿De qué sirvió? ¿A quién serví? ¿Para qué?
El más famoso matador, hoy quisiera entregarse a tu cornamenta antes de verte tendido desangrado cobardemente.

Son los años, ya no tolero la barbarie, ni estos primitivos gestos de competencia sobre el animal. ¿Quiénes son los animales?
“Ultima función” : decido.
Desde el silencio de la Plaza miro al público, extiendo los brazos, llevándolos con el gesto a un fuerte apretón a mí mismo:
“Los quiero, los saludo y agradezco. Me retiro”

Tauro arremete bajando la testuz, haciendo danzar en la corrida las cuatro banderillas, lo siento entrar en mis riñones.
Me rodea dando giros de gloria, chapoteando en el charco de sangre que la arena no absorbe. Entran todos los que también lo dejarán tendido.
“No lo hagan, es bravo, merece vivir” -es un intento-
Nadie escucha.
Se termino el conflicto: Mano a mano, amigo.
Nadie escucha.






Historias Familiares

29 11 2008

Ese día me porté remal, no dejé de hacer una tras otra.
Mamá dijo que nunca más me llevaría a la casa de esos abuelos. Yo le dije Qué me importa con le hombro y me ligué un buen soplamoco. Todavía me duele el oído cuando hay humedad. No sé si por el aplauso bien puesto o por la bronca que me dio el no poder devolvérselo a mi mamá. No, no se lo devolví.
Pero esos no eran mis abuelos de verdad, eran de la gente que se tilda de parientes sin serlo y nunca entendí la razón por la que había que quererlos, si hasta pinchan con los besos las mujeres y tienen mal aliento los hombres tan amorosos. No son tan amorosos ni nada de eso. Para nada quería yo regresar a la casa de esos viejos que olían a naftalina desde la entrada de la casa y al llegar a la mitad el olor era a puchero, siempre puchero.
-Es que la sopita es tan necesaria para crecer sanos y fuertes. Aunque ellos estaban ya bien crecidos y eran los que se tomaban la sopita, siempre repetía la misma cantinela la abuela que no era.
-¿Ves Nelly?- le decía a mi mamá- deberías ponerle como hago yo, la cáscara de huevos que utilizas para otras comidas, eso le da al caldo todo el calcio que el cuerpo necesita.
Horrible masticarlos, porque a veces le quedaban restos pequeños en el caldo y con fideos se confundían y qué asco me daba morderle la cáscara al huevo, en fin.
Escupí la mesa ese día por eso luego cobré pero ni me arrepentí. El abuelo dijo que no era para tanto pero mami, que siempre exageraba porque le daba vergüenza, se puso muy enojada y me llevó hasta la estación de Villa Pueyrredón, zamarreándome el brazo y dejándome arrugada la manga del tapadito.
La abuela que nunca tuvo hijos, adoptó a mi mamá desde antes que yo naciera, a poco tiempo que con papi fueron a vivir a esa casa de calle Cabezón.
Los abuelos estos venían de visita todas las mañanas al departamento cuando ya se había ido mi papá al trabajo –porque papi mucho no los quería, decía que eran unos viejos metidos- la abuela hacía las compras a mi mami para que ella no salga a la calle a cansarse cuando yo estaba en su panza. Luego cuando salí, también. Para que no tome frío el bebé.
Y así, cada día me veían crecer.
Caminé por primera vez de la mano del abuelo en la plaza. Y al final, me llevaron de regreso con un globo colorado en la mano, caminando solita, sin tropiezo ni apuro.
Papi jamás le perdonó al “viejo metido” que hubiese acompañado mis primeros pasos, entiendo ahora que tuvo razón en molestarse
-¡Por lo menos me hubiese preguntado si me parecía bien o mal que le enseñara a caminar a mi hija! ¡Mi primera hija! ¡Sus primeros paso!
-Bueno querido, no es para tanto.
¡Para qué se le habrá ocurrido a mi mamá pronunciar esa frase que hacía del drama una tonterïa! Yo era rechiquita y me acuerdo la puesta en escena que tuvo lugar, una más, claro.
Entonces, como les decía. Todo bien, pero todo mal.
Los casi abuelos me gustaban por complacientes, malcriadores y buena gente. Nada hicieron para ocupar espacios, pero los ocuparon todos.
Y en realidad cuando ya no estuvieron en nuestras vidas, ni en las de ellos, dejaron un enorme agujero negro, de esos que no se llenan con nada ni nadie. Nadie, ni uno solo, hasta de los parientes verdaderos se podía esperar algo semejante, ninguno nos dedicó tanto tiempo, tantos detalles amorosos y tanta presencia gratificante.

Bueno, y aquí estoy. Recordándolos. Con Agradecido amor.
No hay caso, a veces hay que hacerse grande para valorar.
Espero haberles dicho muchas veces cuánto los quise, porque a pesar de mis morisquetas, gestos despectivos, llantitos histéricos nunca falto la alegría verdadera de verlos entrar, ni el colgarme del abuelo hasta casi hacerlo caer.

Creo que sí, se los dije más veces de las que recuerdo.





Evocación

29 11 2008

«Porque la noche está de ojos abiertos, es que te veo aún cuando no estás»
…………………………………………….

Ella dejó esa nota sobre la mesa del comedor y salió sin más, tomando del
perchero el abrigo azul.
Bajaba sin pisar los peldaños de mármol, estaban tan gastados que por prudencia, los volaba.
Sabía que él estaba con esa mujer. Otra vez con ella.
Se dijo a sí misma que ya nunca regresaría al departamento del pasaje,
nunca más lo volvería a ver.
Y se sintió bien por la decisión tomada. Muy bien.
Corrió hasta la parada de un micro, cualquiera la llevaría hasta donde
quería llegar, Bien lejos de ese hombre que hasta recién amó.
Nunca le gustaron los pretéritos. Vería ahora qué hacer con su presente y
se preguntaba, cómo haría el futuro para hacerse hoy, si siempre era
mañana. Cosas locas estas que hacen al tiempo y los tiempos, porque los
modos nunca tuvieron nada que ver, sólo cuenta el Tiempo.
Pudo sentarse, abrió apenas la ventanilla y aspiró la noche de otoño con los ojos cerrados.
Huele bien, pensó.





Momento simple

25 11 2008

Entro a tu cuerpo y me quedo.
Es la simbiosis perfecta la que nos envuelve
Y canta una melodía suave que va llegando y te dejas.
Y me dejo abarcar por toda ella, me envuelve en su fragante calor.

Quietos así dormimos cuando ya amanece.
Apenas respiramos, como en letargo
Extasiados, extenuados.
Sin pensar, sentimos.

V.C.





Viento Sur

23 11 2008

¿Quién lo conoce?
Yo, Yo seño, lo conozco yo.
A ver cuéntanos Pedro ¿cuándo lo viste?
Sopló ayer, pero lo veo siempre aunque no sople.
¡Mentiroso! Cuando no sopla no aparece!
Sí nene! Aparece igual en las noches de luna llena. Vos porque no mirás.
Cierto, la madre no lo deja salir de noche
Mariquita!
¡Seño! Me dicen mariquita!
Bueno Nico, es una broma, basta chicos con decirle mariquita a Nico. Sigamos con el duende. ¿En realidad alguno de Uds. sabe dónde vive?
Yo sé
Yo también
Yo dije primero
Yo lo vi salir de su escondite
Yo nene, lo vi, vos no estabas.
Callate estúpido, el que te contó eso fui yo, ¡mire seño! Me roba ¡Lo vi yo!
¡Orden un poco de orden así no se puede! Eso es, así me gusta, silencio y sentaditos. No puede ser que a cada pregunta se alboroten y griten todos al mismo tiempo, no puedo escuchar. Además todos debemos escuchar al que habla para aprender de su experiencia ¿comprenden queridos?
Si seño.
Pero ellos no tienen experiencia, ninguno conoce al duende del viento, yo lo vi hablé con él Seño, lo juro mire: en cruz sobre el labio ¿ve?
Sí Pedro veo. No es necesario que me jures, te creo. Aunque, puede que alguno sí lo haya visto también, ¿Porqué se mostraría en exclusivo?
Porque es tímido.
¡Ah claro! ¡Ya lo arreglaste! ¿Tímido como vos?
Basta! ¡No se rían de su compañero Nico! si a cada intervención ponen al otro en ridículo, en poco tiempo me quedo hablando sola, y yo del tema no sé nada.
Cierto que la Seño viene de la Ciudad, ella no sabe porque en la Capital no hay.
¿No hay qué?
Duendes Seño.
Ah pensé que hablabas del viento.
¿Y hay viento?
¡Claro, cómo no iba a haber viento! En todas partes hay.
¿Sopla bien?
¡Me hacen reir! Sopla bien pero no tan bien como aquí, allá los edificios lo desvían.
¿Hace zigzag?
Algo así. Volvamos al duende.
Bueno, si quiere se lo mostramos. Para que le quede claro que existe.
No, no. Si yo les creo chicos.
¡Tiene miedo!, ¡tiene miedo!
¿Miedo? ¡Para nada! ¿Cuándo vamos?
El jueves.
¿Por qué el jueves?
Porque sólo puede verse en Luna Llena.
Ah como el lobisón
¿Qué es?
Uno de siete hermanos varones que se convierte en lobo en las noches de luna llena.
¿Eso pasa en Buenos Aires?
Dicen, pero creo que pasa en cualquier lugar. Es una leyenda, nada cierto por supuesto, como la del duen…
¡Ah, no nos cree! ¿No nos cree Seño? ¡Miren chicos! ¡La Seño no nos cree!
¡Sí chicos! Basta Pedro. Les creo, si hasta voy a ir a verlo con Uds.
Bueno, el jueves entonces a las 22hs en la plaza cerca del monumento nos encontramos todos, bueno, todos menos Nico.
No lo hagan llorar, vení Nico, no te pongas mal, te bromean.

Todos contaron a sus padres que llevarían a la maestra nueva a conocer al duende del viento. Aceptaron convencidos que nada les ocurriría,
Este es un pueblo de gente tranquila y confiable.
Sólo después de cenar, nada de andar afuera cuando estamos sentados a la mesa.
Y una horita y a la cama ¿entendido?
Si papá.
Si papá.
Sí papá.
Sí mamá.
Idem
Parecía que un libreto estaba preparado para la circunstancia, todos los padres hicieron idénticas observaciones a los niños.
La Señorita Anaclara y sus veintitrés alumnos menos uno, estuvieron puntuales en el monumento de la fuente, justo en medio de la plaza. Anaclara estaba nerviosa a pesar de creer que los diez años promedio, les otorgaba gran imaginación, fantasías increíbles -y una inocencia que bien querría poseer- Luego recordó cuánto se puede hacer con la Imaginación. Por eso estaba nerviosa.
Caminaron unos pasos hasta quedar frente a una enredadera cuyas flores blancas se veían radiantes bajo la luna llena. Pedro el más alto, levantó unas cuantas ramas de la planta y un pasadizo quedó al descubierto.
Ante los ojos enormes de la Seño, corredores angostos se entrecruzaban a modo de laberinto, los niños pasaron, ella también. Pedro dejó caer la rama que sostenía en alto.
¿Falta mucho chicos?
No, tenemos que llegar al nogal.
¿Un nogal?
Sí, ¿alguna vez vio uno?
En casa de mis abuelos había un nogal, conozco el árbol y me encantan las nueces.
Estas son enormes y riquísimas.
¿El duende vive en el nogal?
No sabemos.
¿Hace frio no? ¿Esto es niebla o me parece a mí?
Ahí está ¿lo ve?
¿El duende?
¡No Seño!
Ese es el nogal, mire qué tronco enorme tiene, entre cuatro no lo abrazamos, vengan chicos, hagámoslo.

Anaclara temblaba. Castañeteaba sus dientes con la boca cerrada. Ni vio el esfuerzo de los chicos intentando rodear el tronco del nogal.

No, no tengo miedo, para nada, es que esto parece una heladera. Debieron decirme que hacía tanto frío aquí. Me parece mejor regresar, me voy a enfermar entre la niebla y el frío ¿no? Regresemos chicos.
No, ahora ya estamos aquí Seño, no sea mariquita.
Ah claro! a falta de Nico, ¡Qué bonito, faltándome el respeto!
¡Una luz!
¡Se aproxima! Siempre trae luz, silencio chicos. Shhh

Se pusieron en cuclillas, Anaclara permanecío de pie como una estaca. No podía cerrar la boca, menos moverse. La respiración se hizo irregular, sus latidos disminuyeron.
Pensó un “¡Socorro!” largo y estridente.

…………………………….
¿Me buscaban?
…………………………….





Con música de fondo

20 11 2008

Los domingos visitaba a mi tía Diana. Ella vivía en Paso del Rey en una casona antigua, Damián, mi novio en ese entonces, a veces me acompañaba.
Esos domingos, la fiesta era completa.
Nos divertía comer higos en el fondo, donde el jardín se iba perdiendo, correr gallinas cluecas. Sacar de las orejas a los conejos de angora de sus cubiles. Y ni hablar de espantar al gallo que se empecinaba en volar para esquivarnos. Un escándalo entre nuestras risas y el canturreo de los pobres bichos asustados.
-No sean infantiles, niños ¡Cordura! Entren, ya está listo el almuerzo.
Todos sus sobrinos la queríamos mucho, aunque nos reconoció siempre como a sus preferidos por compañeros cariñosos y tolerantes.
Sí, verdaderamente lo éramos. Su soltería la fue llevando despacio pero irremediablemente hacia una insoportable manía con el orden y la limpieza, hasta las aves de corral olían a colonia inglesa y la perra vieja, su compañera fiel, seguramente nunca tuvo el placer de rascarse una pulga, ni de vérselas con un perro ¿Qué es eso?
Tía Diana tocaba muy bien el piano. Decía que abrir el suyo para comenzar, era como entrar a misa los viernes, el aroma a incienso de la madera formaba parte del ritual.
Después del almuerzo, a la hora de la siesta, tocaba su repertorio en un Phillippe Herz Neveu 1822 Siempre la bromeabamos con su piano marca de vino añejo, ella cerraba con la misma frase,
-Sí, claro. Pero escuchen como suena, escuchen.
Algunas veces no recordaba un tramo de la obra y buscaba la partitura, se calzaba furiosa los anteojos y decía “No puede ser ¡Cómo voy a olvidar esto! ¡Tengo que practicar!”
En ese momento, mientras absorta entre el pentagrama y el teclado reiteraba una y otra vez la parte olvidada, nosotros nos desplazábamos sigilosos hasta el dormitorio de huéspedes. Cerrábamos la puerta y entre acordes y arpegios hacíamos el amor lo más rápido imposible. Y así como volaban las manos de mi tía interpretando Marcha Turca, las de Damián me recorrían. Así como acariciaba las teclas en un Para Elisa enternecedor, él me sometía a sus deseos y mordíamos de placer las sábanas cuando la Danza del Fuego alcanzaba el cenit en medio de la sala.
Por fin, con un acorde estrepitoso, Tía marcaba el final del concierto.
La puerta del dormitorio permanecía cerrada un rato más.
Eso sí, nunca con llave. Manías.





Para un abrazo

17 11 2008

Bajé saltando de la cama como desaforada. Fue un brinco mortal.
Llegaba tarde al Registro Civil.
¿Me casaba? ¿Era Hoy el gran día?
No Era, Es.
No me casaba ¡me caso!
Es cierto el gran día ¡Y yo me duermo! ¿Qué hora es?
Las 11:15
¿am?
No nena, pm
¿Y ahora, qué hago? ¡Me perdí la ceremonia! ¡Lautaro se casó sin mí! -Será verdad o esto es una pesadilla. Es una pesadilla-
Despierta mi bien, despierta… que el día ya amaneció…
Ah bueno, es un sueño ¿Qué hora es?
Las 11:19 am Pero del día anterior.

Amanda estaba tan conmovida con el más grande evento de su vida que desde hacía más de dos meses, soñaba que se quedaba dormida la mañana del civil.
Luego de este episodio incontrolable, la esperaba una sesión de llanto sentada en la cama abrazada a sí misma. Los latidos acelerados y la boca seca como en desierto, la obligaban a tomar litros de agua y a permanecer quieta por un buen rato.
Tanto desorden mental sólo podía componerse con la ducha tibia y un desayuno abundante. Pocas noticia (no fuera a enterarse que cerraban los Registros Civiles) se reía de la ocurrente idea, también nefasta como los sueños, esta vez bajo control.
¿Bajo control?

-Le explico Licenciado, lo que yo observo desde hace tiempo, es que hablo sola.
-Es normal, todos hablamos con nosotros mismos.
-Pero es que yo me respondo, me insulto, me reprimo, me arrincono con argumentos. No sé si me entiende.
-Claro que sí, la entiendo. Es probable que el desgaste se deba a un severo agotamiento mental del que es difícil salir porque generamos hábitos que responden a las características que vamos conformando a nuestro sistema de pensamiento. Le recomiendo hacer deporte o caminatas, natación, tenis son actividades que agotan. Luego dormirse con el deseo de hacer un ordenamiento en los casilleros de la mente. Eso es lo más importante: La intención. Lo que Ud. decida hacer consigo misma.
-Comprendo.
-¿Le hago una pregunta en relación al sueño? Cuando se da cuenta que se durmió ¿qué siente?
-Bronca, me desespero, tengo miedo, me corre un frío por la espalda e inmediatamente lo busco.
-¿A él?
-No, a Usted.

V.C.





Qué será, será.

16 11 2008

Mientras la tarde se cierra,  las cartas se deslizan sobre la mesa de madera.

Ella lee el Tarot en penumbras, no necesita focos ni anteojos. Sus dedos ven mejor que los propios ojos.
María está cansada hoy. Trabajó tanto en lo suyo. Penas de otros sin resolver, enfermedad,  engaño, traición. Mucho de locura.
Y… La gente quiere saber, alguien que le cuente, que le diga quién, cómo, cuándo, dónde.

“Qué será, será. Será lo que deba ser. La vida te lo dirá, eso y nada más”

Recordó la canción de la película que la hizo llorar todo el tiempo hasta el The End.  Cada escena le resultó triste -a pesar de los sugus confitados y del abrazo de papá- lloró amargamente que raptaran al niño. Tanto, como si ella misma se hubiese perdido. Y tal vez, se perdió con él, por eso nunca olvidó la película ni la canción con la que esa mamá, dormía a su hijo o daba respuesta a miles de preguntas. La película terminó bien, pero la angustia quedó guardada como las palabras de la canción.

Sólo el verso inicial, era suficiente. Y lo evoca como un  mantra.
Hoy María no está bien. La última consultante la dejó ensimismada.

Tristes sus ojos llorosos, no quieren saber más de leer el próximo paso. Ni la próxima aventura, la sanación, el amante, ni la operación victoriosa. Tampoco el negocio opulento o la muerte de algún pariente querido que se avecina.

No quiere saber más y guarda las cartas, muy agradecida, guarda las cartas.
Tal vez, no quiera volver a leerlas «Todo tiene un tiempo» , se dice.
Un tiempo para reír.
Tiempo para llorar.
Hay un tiempo para nacer,
Otro para vivir, amar, gozar, sufrir y morir.

Cierra los ojos. María se duerme con ansias –espera que lo inesperado la sorprenda-

V.C.





El Espejo

12 11 2008

Se mira y el recuerdo de otro tiempo le hace un nudo en la garganta. Todo era tan fácil, tan sencillo era vivir. No más que dormir darse la ducha de la mañana ponerse la ropa limpia y prepararse para el ensayo.

Repasar una y mil veces las mismas canciones hasta saltar de alegría porque al fin salió como quería. La música lo era todo y aunque no lo fuera, le divertía intentarlo.

Fragante y tibio el hogar, anidado el corazón. Muchos para contener, para amar y amarse con alegría sana, simple manera de vivir.La vida es maravillosa.  La vida era maravillosa.

Hace dos semanas que no puede ni sonreír, menos hablar.

¿Qué respondería, cómo continuaría con todo esto? Lo atormentaba el pensamiento recurrente sin remedio, porque ninguna idea le resultaba clara ni acertada.
Su plazo vencía a las 19hs de un jueves nublado y frío. El contacto lo esperaba en el mismo bar del primer día, La Paz. Qué ironía, él estaba en guerra consigo mismo.

-No quiero continuar, esto me hace mal. No pensé que llegaría tan lejos, por favor déjenme seguir mi camino, no hablaré lo prometo.
-¿Decime pibe, vos estás creído que esto es soplar y hacer botella? ¿Que uno se mete hasta las rodillas y si no le gusta el olor se va a dar una duchita a casa? Me parece que estás un poquito errado nene. Preguntale a tu papá, algo debe sabe de todas estas cosas, sos muy perejil vos, andá, preguntale a tu papito.
-Mire, a mi viejo lo deja en paz, no tiene nada que ver con esto ni con mis decisiones ni con nada que se le parezca. Así que basta. Yo me largo.
-¿Que te largás? ¡Mirá vos al atrevido!…Se larga dice.
-Sí, dejá que salga de acá, dejalo que se meta en el callejón, dame el gusto, dame el gusto que a éste la duchita se la doy yo. Andá saliendo pibe, vamos dale ahora que nadie nos mira, salí.

“Las noticias del matutino nada dicen, porque lo hallarán tres días después en el arroyo que bordea el conurbano, ahí en el basural, junto a los desperdicios. Cruzadas en su pecho, como arneses, las correas. De su guitarra no hay indicio”

Mejor no diría nada, no hay que tentar al demonio. Despacio se correría de esto ya vería la manera, por ahora mejor estar enlistado y hacer bien los deberes no sea que lo hagan boleta  como pasó con tantos otros.
Justo en la esquina, recordó que había dejado el pasamontañas sobre la cama. Regresó corriendo.  La madre salió de la cocina con una sonrisa.
-¿Te olvidaste algo nene?
– Sí ma, la guitarra.
– ¿Venís a cenar?
– No creo.





«El Círculo» I

10 11 2008

Alí vivía en un pueblo de Oriente en tiempo no muy lejano.
Escasamente instruido, se dedicaba a remendar babuchas, oficio que dominaba con destreza aprendida de su abuelo. Orgulloso de su maestro en el arte de dejar como nuevo lo viejo y gastado, contaba a quien quisiera escucharlo, los sinsabores pasados con el viejo cascarrabias.

Con el trabajo de todo un día, apenas alcanzaba para un mínimo bocado con el que amenguar los gruñidos de sus intestinos.
Iba esa tarde taciturno por la vereda en busca del alimento, cuando observó que a la dama que se disponía a subir a un carruaje, se le caía un pequeño paquete. Corrió a levantarlo y continuó la carrera detrás del vehículo, el que tirado por cuatro caballos, se alejaba veloz.

Quedó en medio de la calle, agitado, paquete en mano y el corazón galopante. Reparó en lo perfecto del envoltorio, supuso que tal vez era un regalo, una torta, un pantalón, un…
Decidió abrirlo apurado y sin cuidar de no romper el papel quedó en sus manos el contenido: Un libro.

Apenas sabía leer balbuceando, tartamudeando las letras que unía trabajosamente en voz alta como un niño, pero el libro era tan hermoso que seguramente se dejaría leer. Ilusionado lo llevó a su casa. Cerró puerta y ventana con barrales, corrió las andrajosas cortinas azules y sentado en el camastro a la luz de una vela, comenzó su lectura.

Estaba totalmente escrito en un idioma desconocido, excepto por una frase que se dejó leer luego de dos horas de intento tras intento: “Aquel que me lea hasta el final, será la persona más rica del mundo”
¡Justo es lo que necesitaba!
Y agradeció a Alá el encuentro, el misterio y la ansiedad con la que desde ese momento, se alimentarían sus días.
Claro que debía leerlo hasta el final, cierto. Esto aún no tenía solución. Copió algunas palabras en un papel y lo guardó en su camisa – ya sabía qué haría al amanecer-
V.C





«El Círculo» II

10 11 2008

Comenzó a dar vuelta hoja tras hoja con sumo cuidado. Nada le decían las palabras. Nada comprendía excepto esa frase: «Aquel que logre leerme hasta el final, será la persona más rica del mundo»

Con algunas palabras del idioma desconocido guardadas en su camisa, se acercó a la plaza en la que un escriba público tenía su puesto de trabajo. En relación al extraño idioma, no pudo dar respuesta, sí sabía a cambio, dónde podía recurrir en busca de información.

Hacia el lugar indicado se dirigió Alí sin perder un minuto de su tiempo al que comenzó a considerar valiosísimo.

El escriba lo envió a la escuela de idiomas más cercana en la que el profesor Ibn Abhur era especialista en idioma inglés, tal el origen de las palabras que Alí transcribiera en un papel, el mismo que ahora ponía a la vista del profesor Abhur a quien habló de su interés por aprender ese idioma.

Abhur consideró que en cinco años podría acceder a su lectura. También le advirtió que antes debería aprender a leer y escribir correctamente su idioma de origen: el Bengalí.

Alí decidió que lo haría en tres años.

V.C.





«El Círculo» III

10 11 2008

A los quince meses de iniciado el curso ya estaba capacitado para leer y escribir en su propio idioma. Cambió su trabajo de zapatero remendón por otro.

El escriba público al verle tan afanoso en el objetivo inicial, le sugirió que realizara su trabajo ya que le daría mayor jerarquía social, además de una remuneración acorde con la importancia de la función.
Agradecido Alí, volvió a recibir lo que tan generosamente la vida le estaba ofreciendo. Se ocupó en perfeccionar la gramática y ensayaba horas lectura con precisa entonación y muy clara dicción.

Aún no podía acceder a las páginas de su libro. Sólo leía diariamente la frase que estaba cambiando su vida.

Alí se convirtió en profesor de bengalí en la misma escuela de idiomas en la que continuó estudiando el idioma por el que fue por vez primera: inglés. Ya lo dominaba. Cumplió con el plazo que se impuso, habían transcurrido tres años.

V.C.





«El Círculo» IV

10 11 2008

Leyó con avidez todo lo que en ésa lengua estaba escrito en el libro. Guardo con celo la información de numerosos secretos para conducir con éxito su vida, recomendaciones que Alí ponía en práctica y divulgaba a sus alumnos.

Ahora no sólo era escriba bilingüe, sino profesor de ambas en la escuela de lenguas donde se le tenía por uno de los mejores, más dedicado y comprometido docente.

Pero Alí se hallaba nuevamente en un laberinto.
Las páginas de su misterioso libro ahora se colmaban de ecuaciones y operaciones aritméticas, así como complejos dibujos geométricos.
Por supuesto que de estas ciencias no sabía nada. Aunque no necesitaba que otros le dijeran de qué se trataba, eso no quería decir que pudiese con ellas.
Resuelto a superar este nuevo obstáculo, se inició en ciencias exactas. El nuevo profesor le advirtió que el estudio le llevaría no menos de siete años para poder develar las ecuaciones que Alí pusiera a su consideración –siguiendo el método anterior-
Se prometió que tres años serían suficientes.
V.C.





«El Círculo» V

10 11 2008

Treinta meses después de inscribirse en el curso, había logrado resolver las complicadas ecuaciones que el libro contenía. Alí se convirtió en profesor de tres cátedras para asombro del profesorado y la dirección civil de educación en su país.
u nombre transcendió fronteras y en varios lugares fue puesto como ejemplo de solvencia, perseverancia y dignidad.

El dinero que ahora ganaba era mucho más del que necesitaba para vivir con decoro y confort. Pero, no le alcanzaba.
Quería ser el hombre más rico del mundo. Promesa del libro. Eso sería.

Las siguientes páginas del libro estaban ocupadas de dibujos, planos, figuras complejas, edificios, puentes. Los profesores le confirmaron que de ello se ocupaba la arquitectura y la ingeniería civil y que en conocer esas ciencias, demoraría no menos de ocho años.
-Tres han de ser suficientes, se dijo.

V.C





«El Círculo» VI

10 11 2008

Tres años y medio después, Alí se recibió de arquitecto e ingeniero civil. Con ello pudo resolver los problemas que el libro le había planteado pero además, ganó concursos de ingeniero de caminos y obras públicas del sultanato, resolviendo el abastecimiento de agua corriente en las ciudades más antiguas.

Su posición social pasó a ser equivalente a la de un ministro. Vivía como tal, rodeado de lujos y abundancia.
Construyó caminos donde no los hubo, hospitales y viviendas para los más humildes. Él sabía de pobreza y necesidad como nadie de su rango. El Sultán no se atrevía a contradecirle por temor a perderlo, sus pedidos tenían urgente respuesta.

Recorrió países de Europa de los que extrajo las mejores ideas e información general, su cultura era vasta y profunda.
Como el libro continuaba desafiándole, se recibió de médico en cuatro años para sorpresa de la humanidad. Diseñó hospitales e implementó prácticas de sanación desconocida hasta el momento.
El reino se hizo famoso en el mundo entero.

Y del misterioso libro muy pocas páginas quedaban por ser develadas.

V.C





«El Círculo» VII

10 11 2008

Escritas en idioma de los Lamas del Tibet resultó una clara invitación para Alí.
Accedió a su idioma, costumbres e historia, filosofía y religión.
Nada de esto fue lo más importante. El nivel de meditación y devoción le dieron acceso a  comprender  la profunda y eterna lección: la humildad.
Una noche a la luz de un mechero alimentado con manteca de cabra, pudo leer y descifrar las últimas palabras de su libro. La sentencia final decía,
“Ahora eres el hombre más rico del mundo”
Alí lloró en silencio abrazado al libro.

De regreso, aceptó el gran recibimiento. Se limitó a sonreír.
Una semana después en un lujoso carruaje recorrió el lugar en el que pasó los primeros años de su vida, caminó por sus calles angostas y subió nuevamente al carruaje.
El libro que siempre llevaba consigo, se deslizó de su bolsillo cayendo al empedrado.
El joven que lo recogió, también corrió detrás agitándolo en su mano. Ni él, ni el cochero oyeron sus gritos.

Basado en cuento Sufí que leí en un Libro de Tarot Egipcio. Siempre lo llevaba conmigo donde fuera -hace tiempo se perdió-

V.C.





El Deseo

9 11 2008

441Es tiempo de que dejes de buscar fuera de ti aquéllo que te hará feliz. Mira adentro.Existe una historia Sufi muy famosa: Un emperador salía de su palacio para su caminata matutina, cuando se encontró con un mendigo. Le preguntó al mendigo: `¿Qué quieres?` El mendigo rió y dijo: `Preguntas como si pudieses cumplir mi deseo`.

El rey se ofendió. Dijo: `Por supuesto que puedo cumplir tu deseo. ¿Cuál es? Sólo dímelo`.

Y el mendigo dijo: `Piénsalo dos veces antes de prometer algo`. El mendigo no era un mendigo común, era el Maestro de la vida pasada del Emperador. Y en esa vida le había prometido: `Vendré e intentaré despertarte de tu próxima vida. Te has perdido esta vida, pero vendré de nuevo`. Pero el rey se había olvidado por completo. ¿Quién recuerda sus vidas pasadas? De modo que insistió: `Cumpliré cualquier deseo que pidas. Soy un emperador muy poderoso. ¿Qué puedes tú desear que yo no pueda darte?

El mendigo le dijo: `Es un deseo muy sencillo. ¿Ves esta vasija para mendigar? ¿Puedes llenarla con algo?

El Emperador le dijo: `¡Por supuesto!` Llamó a uno de sus visires y le dijo: `Llena con dinero la vasija de este hombre`. El visir salió y volvió con algo de dinero, que volcó en la vasija… al instante el dinero desapareció. Y volcó más y más, y en cuanto volcaba un poco, desaparecía. Y la vasija permanecía siempre vacía.

El palacio entero se reunió. Pronto el rumor atravesó la capital y una gigantesca multitud se concentró. Estaba en juego el prestigio del emperador. Le dijo a sus visires: `Si se pierde el reino entero, estoy dispuesto a perderlo, pero no puedo ser derrotado por este mendigo`. Diamantes, perlas y esmeraldas… sus tesoros se vaciaban. La vasija del mendigo parecía no tener fondo. Todo lo que se colocaba dentro, todo, inmediatamente desparecía, dejaba de existir. Finalmente se hizo tarde y la gente se hallaba de pie en completo silencio. El rey cayó a los pies del mendigo y admitió su derrota. Le dijo: `Sólo dime una cosa. Has salido victorioso, pero antes de irte, sólo satisface mi curiosidad. ¿De qué está hecha esta vasija para mendigar?`

El mendigo se rió y dijo: `Está hecha de la mente humana. No hay secretos…. sólo está hecha del deseo humano…`.

Esta comprensión transforma la vida. Ve hacia un deseo ¿cuál es su mecanismo?. Primero hay una gran excitación, gran suspenso, aventura. Sientes que algo va a suceder, estás al borde de ello. Y luego tienes el auto, tienes el yate, tienes la casa, tienes la mujer… y de pronto todo vuelve a carecer de sentido.

¿Qué sucede? Tu mente lo ha desmaterializado. El auto se halla estacionado en la calle, pero ya no hay más excitación. La excitación existía sólo para obtenerlo… tanto te embriagaste con el deseo, que te olvidaste de tu nada interna. Ahora, una vez cumplido el deseo el auto afuera, la mujer en la cama, el dinero en tu cuenta corriente nuevamente la excitación desaparece. Nuevamente está allí el vacío, listo para devorarte. Nuevamente debes crear otro deseo para escaparte de este abismo que bosteza.

Es así como nos movemos, de un deseo a otro. Es así como seguimos siendo mendigos. Tu vida entera lo demuestra una y otra vez: todo deseo frustra. Y cuando se consigue el objetivo, necesitarás otro deseo.

El día que entiendas que el deseo como tal fracasará, vendrá el momento de cambio en tu vida.

El otro viaje es hacia adentro. Muévete hacia adentro, vuelve a casa.


Zen: El Camino de la Paradoja
Vol. 2, pp. 208-22





Amores en Ocho

9 11 2008

Un Ocho de Abril, nació el hombre que sería mi padre. Qué más decir de él, le dediqué varios relatos, lo tengo en pocas fotos aunque presente de cuerpo entero hasta en los gestos, grabada su voz y su perfume en mi memoria inalterable.

Tuve otros dos: Mi mejor amiga de adulta un Ocho de Agosto de hace tantísimos años. Y una gran pasión que comenzó en Noviembre, también día Ocho, lunes lluvioso.
Los tres amores se parecieron en intensidad. Uno se fue sin desearlo, pero aún está.
Mi amiga va y viene, va más de lo que viene tal vez porque ambas crecimos y logramos algo del fantástico desapego. Cuando viene, disfrutamos como dos adolescentes, riendo de nuestros episodios más graciosos, los hubo y muchos tantos, que daban para un bestiario.

Por último, la pasión, que sin dar razón sin motivo ni adios, partió.

Hoy los recuerdo conmovida y me hace bien reconocerlo.
Fuimos felices. Hemos reído una sana alegría de complicidad y entrega.
Fue valioso. Los guardo en el arcón de mis mejores momentos, el que siempre miro a solas y en silencio.

Hoy lo abrí para mostrarlos antes que termine el día.
Debo hacer mucha fuerza para cerrar la tapa. Siempre me pasa.  Por fin, puedo -hasta el próximo Ocho de Noviembre, creo-
V.C.





Eva

5 11 2008

emergence62Dios pensó al Hombre. Le dio forma con barro para que luego de Su Soplo, cuide éste de los predios, llanuras valles y montañas, de las aves y rebaños.
Distante, lo observó: Su última creación estaba incompleta.
Fue cuando buscó Una Idea: la Mujer.
Reconoció en los trazos toda la belleza, la perfección en las formas y la sensibilidad necesaria para hacer del Hombre muchos otros y así, los seres más felices sobre la faz de la Tierra.
Su intención, sin mácula.

V.C.

“Emergence”
Fotografía –Susi Lawson-





Momentos

30 10 2008

Sí, me pasa muy seguido esto de meterme en una tela,
O un papel blanco inmaculado. Pero no entro sola.
Llevo varios colores en bolsillos y tantos pinceles
Que no puedo sostener con una mano.
Espero que sol se ponga.
Lo espero en silencio, imaginando trazos.
Y ahí está.
Lo veo desarmándose en el horizonte,
Dejando parte de sí mismo en cada cosa,
Alejándose, guardándose.

Saco mi atril y espero un momento más:
Cuando todo se tiñe de rosa, ésa es mi entrada.

Ya están en la paleta la gama de violáceos.
Un rosa, un poco de morado, el infaltable blanco
Grises avanzan entre destellos de azul.
Espaciados amarillos se dibujan.

Es el sol,
Se despide por hoy.
Hasta mañana.

V.C.






La Mandrágora

25 10 2008

Apareció entre la maleza, lo asustó pero al ver que era cordial se acercó a ella.
Era una mujer serena, dulce su rostro y hermosas las facciones. Con una túnica blanca se cubría y su sola presencia perfumaba el ambiente con aroma de jazmines.
Ella sabía que lo había enamorado. No necesitó de mucho esfuerzo, siempre pasaba.
El joven no dejó de pensarla ni un instante con sus dieciocho. Logró embelesarlo, su primera experiencia, y encontró una diosa.

Todos le dijeron que era más anciana que su propia abuela. Pero cómo creerles semejante disparate. Nadie mejor que él sabía del cuerpo esbelto y de la piel blanca y tersa de esa mujer. Se amaban cada tarde. A nadie lo contó, guardó el secreto a pesar de la insistencia de su amigo más querido.
Desde el otoño y durante un año Juan fue diariamente al mismo lugar del bosque junto al arroyo para encontrarla. Comía muy poco y apenas si dormía y cuando podía hacerlo, era para soñarla entre sus brazos.

Un día se despidió de sus amigos, dijeron haber hecho lo posible, fue en vano. No pudieron retenerlo. Y jurando que alguna vez regresaría, se internó en el bosque.
Aseguran que cada tanto recorre de noche el pueblo. Camina despacio como arrastrando el paso. su cabello blanco le llega a la cintura, la barba termina en dos puntas hasta la mitad del pecho. Los amigos saben que es él. Ellos lo espían desde una ventana redonda en el altillo de su propia casa, donde varias noches al mes se juntaban para hablar de cosas de miedo y reirse luego del que más se asustaba: Juan.
Acompañan a los padres cada semana, cuentan sus aventuras riendo por nada, hasta que con un gesto suben al cuarto “reservado para hombres” Lo acomodan, limpian de polvo la mesa de estudio, encienden la salamandra si hace frío y vuelven a quemar entre las brazas esas cartas, que escritas con letra ilegible, aparecen sobre la misma mesa cuando termina la visita. Andrés dice que no puede ser, que seguro las escribe el padre.
Esteban asegura que no. Es su letra, él la reconoce.
Daniel, desconfiado, no quiere saber nada de volver.
Hugo, el que más lo siente, se recrimina que él lo abandonó que debió hacer algo más concreto, encerrarlo, no dejar que salga cada tarde. La culpa no lo deja dormir.
Los otros lo consuelan, le dicen que espere, que con el tiempo todo se va a saber que no siga lastimándose con culpas que ninguno tiene, hicieron lo posible. La decisión fue suya.

Cuando creen verlo por la ventana, apagan la luz de la lámpara, dejan todo en penumbras y se acercan a mirar. Lo ven pasar más envejecido, sus pasos más lentos y desganados.
Una noche, Daniel dijo tomando la campera del perchero, “Yo voy y lo encaro” Salió sin permitir que nadie fuera con él. Enfrentaría al anciano.

Cuando estuvieron en medio de la calle despoblada, Daniel reconoció los ojos de Juan. Tan vivaces como antes, una mirada pícara lo escudriñó bajo las cejas de plata, tupidas como su cabello enmarañado.
-Juan, soy Daniel ¿me reconoces?
-Claro, cómo no habría de reconocerte.
-Regresa amigo, tememos por tu cordura si continúas con esto. Regresa con nosotros. Nunca más te desafiaremos para que demuestres nada, esto no es cuestión de valientes, cuerdos, de locos ni cobardes. Esto pasó a ser cuestión de vida o muerte. Regresa por favor. Y lo abrazó sin temor a ser rechazado, con amor y emoción.
-No puedo Daniel, ella me tiene atrapado. Bebo de su raíz cada mañana, no puedo distinguir lo bueno de lo malo, recuerdo con nostalgia a mis padres pero sin el más mínimo deseo de verlos, tampoco me interesa si están sanos o si mueren. Soy insensible, no me duele el cuerpo, ni tengo recuerdos. Pienso que todo se ha borrado de mi mente.
-Pero pudiste recordarme Juan, ¿Cómo fue que pasó?
Con lentitud., Juan metió la mano en el abrigo harapiento y sacó una fotografía arrugada, los colores sepia se perdían entre la nube que se formaba hacia el fondo del paisaje.
Daniel tomo la foto y miró: Cuatro jovencitos de no más de diez, frente a una cámara automática apoyada en un tronco. Recordó el instante, Juan le hacia cuernos sobre la cabeza con la derecha y con la izquierda sostenía una planta que acababa de arrancar de raíz de un oscuro sector del bosque, los otros dibujaban muecas de asco frunciendo la nariz, la planta olía muy mal.

-Dicen que la Mandrágora, no perdona, de algún modo se cobra el haber sido molestada.
Daniel se despidió de su amigo llorando como un niño. No sintió vergüenza, sabía que nunca más volverían a verse.

(En cuanto al misterio de las cartas…pertenece a otro capítulo)

V.C





Ilusión

24 10 2008

Nada es real y todo es tan cierto.
El conocimiento se desvanece cuando el dolor es tanto.
Aunque uno insista en repetir que nada es lo que parece
Es, y duele con saña.
Punzante, persiste, avasalla, se instala y muerde

V.C.

Christine Comyn «Never Mind»





Ponerse en la fila

21 10 2008

Tocado por la magia


En el ser humano hay muchas cosas buenas. Sin embargo, tenemos ciertas costumbres que no son tan buenas. Y una de esas malas costumbres es que nos atraen las distracciones. Pasa cualquier tontería, y ahí es donde ponemos nuestra atención.
¿Por qué es una mala costumbre? Porque nos roba todas las cosas esenciales que necesitamos para hacer de nuestra vida un acontecimiento maravilloso. Y ésa es la posibilidad. Eso es lo que puedes hacer, puedes conseguir que esta vida sea absolutamente increíble. ¿Cómo?
Estás en este mundo; existes. Un día no estabas aquí, hoy estás y un día vas a morir. Te puedo garantizar que si no comprendes lo que eso significa es debido a las distracciones. Sólo empezarás a comprender qué es esencial en esta vida cuando llegue el momento en el que pierdas la capacidad de distraerte, y ese momento siempre llega.
¿Cómo lo sé? ¿Acaso en mi vida ha llegado ya ese momento en el que no me distraigo? No. Pero también sé que hubo alguien lo suficientemente bondadoso como para enseñarme. Porque cuando estoy atrapado en mi propia historia, en mi propia definición de lo que significa esta vida, me vuelvo descuidado.

Fíjate en la gente que vive una vida «emocionante», como los que saltan de los puentes atados a una cuerda elástica. Hay personas que piensan que eso es emocionante. En realidad, desafían a la muerte: «¡Llévame contigo!». Y piensan que ahí está la emoción. Hay quienes escalan paredes verticales sin ninguna cuerda de seguridad, simplemente utilizando sus dedos y unos polvos. La única razón por la que la muerte no se los lleva es porque eso le hace tanta gracia que se está revolcando por el suelo de risa. Pero un día la muerte se pone seria, y en un abrir y cerrar de ojos, ya no están. Sus cuerpos se convierten en polvo otra vez.
Así pues, ¿qué es esencial en la vida? ¿Vivir de forma emocionante o sentir el corazón lleno de alegría?
Todas las cosas que creemos que son importantes, un día darán un giro y dejarán de serlo. He estado leyendo cartas de personas que están o bien encabezando la cola, o dos o tres puestos detrás del primero. El otro día estaba hablando con alguien que me dijo: «Fulano está a punto de morir».
Le dije: «Bueno, todos estamos en ese proceso. Ponte a la cola». Supongo que hay quienes están a la cabeza de la cola, y otros van un poco más atrás. Pero hay una cola, y todo el mundo va en la misma dirección. Es la ley de la existencia. Y la ley dicta: «Estás aquí, pero por un tiempo limitado». Y no hay nadie –nadie– que pueda cambiar esa ley.
Algunos dicen: «Ya, pero existe la criogenia y todo eso». Perdona, pero la Tierra está hecha de polvo. Tanto el cilindro metálico que tiene dentro el agente criogénico como tu cabeza están hechos de polvo comprimido. Y la vulnerabilidad innata del polvo que le hace volver a ser polvo otra vez es tremenda. El milagro no es que el polvo se convierta en polvo, sino ¿cómo es que aún no lo ha hecho? Ése es el milagro. La destrucción debería haber llegado hace mucho tiempo. Basta con que un pequeño cuerpo celeste venga en nuestra dirección y se acerque un poco más de la cuenta para que la Tierra lo atraiga hacia ella. Y si eso ocurre, nuestro planeta será destruido.
Este polvo es más frágil que un filamento de oro o plata. ¿Has visto alguna vez un filamento de plata sobre un trozo de papel? En India los ponen en los platos y las comidas. Esa plata es tan delicada que si respiras como no debes saldrá volando por ahí. Así de delicada es. Y de ese polvo se han creado muchísimas cosas, como las rocas y las montañas.
Estoy aquí para decirte lo que he estado diciendo a la gente toda mi vida: «No dejes pasar un día más sin sentir la magia de lo que ha sido colocado dentro de ti. No dejes que pase otro día cargado de dudas, ira y confusión. No dejes pasar otro día sin sentir la plenitud de este corazón». Es posible sentirse plenamente satisfecho en esta vida. Es posible sentirse en paz.

Prem Rawat





Mañana

10 07 2007

El mismo intenso dolor de piernas del otro día le impedía continuar con la caminata que se había propuesto. Encendió un cigarrillo y regresó a paso lento.
Además ya era tarde y los mosquitos comenzaban su ataque. Nada que le molestara más. Por otro lado, alguna razón importante debía tener para protestar y el ataque de los mosquitos lo era.
Ahora en casa se daría una buena ducha, luego la bata y alguna cosa comería…Eso sí, de tomar para nada se olvidaba. De la copa, del vaso, de la jarra, del jarrón, de la canilla, del barril, del sifón, de la taza, de la bota, del mate, del termo y claro está, de la botella y el botellón.
¿Y qué tomaría? Lo que venga… vino, aguardiente, cerveza, sidra, licor, vodka.

Luego un café cortado, el último cigarrillo del día y a la cama. Y en la cama, a pensar en ella.  Nunca pudo pensar más de cinco minutos en María, el sueño lo vencía hasta el otro día, “Que si no….¡ya vería!”- se decía al despertar y sonreía un poco,  nunca demasiado no fuera cosa que perdiera su estilo hombre serio, para nada.

Después de varios bostezos frente al espejo del baño, daba inicio a la rutina. Que la ducha, el desayuno, el periódico y el nudo de la corbata. Que mirar la agenda, que tachar lo hecho, “Y lo hecho, hecho está” -decía- “Y lo por hacer, se verá”
Y así la vida, a José Ernesto se le iba pasando de mes en mes, de año en año. Ya pronto los cuarenta y cinco.
-Aún no los cumplí, soy de Escorpio, así que ojo eh –agregaba cada vez que alguien le preguntaba por su edad. Y si la siguiente pregunta hacía referencia al estado civil, decía muy convencido

-Solterito y sin ningún apuro. ¿Mujeres? ¡Me sobran!- a continuación hacía un recorrido por los nombres de las que habiendo sido algo, ya no eran ni recuerdo.
Los domingos a la casa de la madre. Eso era religioso y como dogma de fe, no se discute ni se posterga.  Luego del almuerzo y del té digestivo entre comentarios intrascendentes, tres horitas de siesta y por despedida la misma frase dicha con el mismo tono entre besos en la frente
-Hasta el domingo mami, sí te llamo.
Ese domingo, regresaba caminando al barrio.  Un poco pesado, algo le había caído mal…»Debo empezar la dieta”, se dijo. Y levantando la vista vio cómo una bandada de golondrinas pasaba en formación hacia su derecha, luego haciendo un círculo gigante regresaron rumbo a la izquierda. Varias veces observó que se repetía el fenómeno mientras su marcha se hacía más lenta hasta que se detuvo.
-¿Qué estará pasando? -pronunció en voz alta la frase ahogada por el dolor de estómago.
En ese instante, la luz cobró intensidad hasta abarcarlo todo, hasta dejarlo en luz absoluta y el silencio se hizo cargo del espacio.
Sintió frío. Nada más.
“Mañana, cuando despierte, voy a decirle a María lo mucho que deseo tenerla entre mis brazos, sí eso haré”
-¡Vengan, vengan! ¡Es José Ernesto el del 5º A!- le pareció escuchar y mientras miraba zapatillas de niños que se acercaban, vio rodar una pelota hasta su mano. Cerró los ojos.

V C

Reeditado en Octubre, domingo 12 de 2008





Creí que te había perdido ….

1 10 2011

Amigos: Les cuento que hace poco más de un mes, (me desubico en el tiempo, porque la mayoría de los días estoy de guardia), no pude entrar al Blog de mi madre, estaba «deshabilitado» me desesperé porque para mí este espacio tiene su esencia,todo lo que Uds leen no tiene nada de cuento, en cada uno hay un poquito de ella, para mí muy preciado.
Por suerte ya esta habilitado nuevamente .
Doy gracias por esto y saludo a TODOS UDS por este medio. Viviana Mónica Martino





Tu me quieres blanca

26 03 2011

TU ME QUIERES BLANCA

Tú me quieres alba,
Me quieres de espumas,
Me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada

Ni un rayo de luna
Filtrado me haya.
Ni una margarita
Se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
Tú me quieres blanca,
Tú me quieres alba.

Tú que hubiste todas
Las copas a mano,
De frutos y mieles
Los labios morados.
Tú que en el banquete
Cubierto de pámpanos
Dejaste las carnes
Festejando a Baco.
Tú que en los jardines
Negros del Engaño
Vestido de rojo
Corriste al Estrago.

Tú que el esqueleto
Conservas intacto
No sé todavía
Por cuáles milagros,
Me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
Me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡Me pretendes alba!

Huye hacia los bosques,
Vete a la montaña;
Límpiate la boca;
Vive en las cabañas;
Toca con las manos
La tierra mojada;
Alimenta el cuerpo
Con raíz amarga;
Bebe de las rocas;
Duerme sobre escarcha;
Renueva tejidos
Con salitre y agua;
Habla con los pájaros
Y lévate al alba.
Y cuando las carnes
Te sean tornadas,
Y cuando hayas puesto
En ellas el alma
Que por las alcobas
Se quedó enredada,
Entonces, buen hombre,
Preténdeme blanca,
Preténdeme nívea,
Preténdeme casta.
Alfonsina Storni





Para los que «no se enganchan»…

19 08 2010

Mensaje para todos aquellos que » no se enganchan», que ponen su vida en «STAND BY», aferrados al pasado, a duelos de lo que no pudo ser, que prefieren ser tíos de todos , padres de hijos ajenos antes de proyectar su propia familia, que por temor al éxito se quedan inmóviles dejando pasar el tren para «un mejor momento»; cuando junto con el tren se les va la vida …

¿ Por qué no dejar de creer que uno tiene todo el tiempo del mundo , si en realidad no sabemos cuánto nos queda?
¿ Por qué no cerrar el capítulo de «LO QUE NO FUE», y abrir el de «LO QUE PODRÍA SER «?
¿ Por qué no animarse a un NOSOTROS ?
¿ Por qué seguir insistiendo con » NO SE QUE QUIERO » si ,en realidad SI SÉ, pero como lo que quiero es tan maravilloso «capaz que no se me da, y por eso mejor no intento»?
¿ Por qué conformarse con NADA, si en realidad se puede tener TODO?

Decía mi abuela : » Del cobarde nunca hubo historia » y » El que no arriesga no gana».

Viviana Martino





Consejos de Esculapio (128-56 A.C) dios mitológico griego de la medicina

26 10 2009

Para mis futuros colegas, para los que ya son médicos que recuerden y pongan en práctica , para los que periódicamente nos consultan, que sepan que esto tiene vigencia actualmente !!!
Extraído del libro de Semiología del Dr. Carlos A.Varela U.N.L.P

» ¿ Quieres ser médico, hijo mío? Aspiración es esa de un alma generosa, de un espíritu ávido de ciencia.
¿Deseas que los hombres te tengan por un Dios que alivia sus males y ahuyenta de ellos el espanto?»

«¿ Has pensado bien en lo que ha de ser tu vida ? Tendrás que renunciar a tu vida privada ; mientras la mayoría de los ciudadanos pueden, terminada su tarea, aislarse lejos de los inoportunos, tu puerta quedará siempre abierta a todos; a toda hora del día y de la noche vendrán a turbar tu descanso , tus placeres, tu meditación; ya no tendrás horas que dedicar a tu familia , a la amistad o al estudio; ya no te pertenecerás».

«Piénsalo bien mientras estás a tiempo. Pero si indiferente a la fortuna, a los placeres , a la ingratitud, si sabiendo que te verás sólo entre las fieras humanas , tienes un alma lo bastante estoica para satisfacerse con el deber cumplido sin ilusiones; si te juzgas pagado lo bastante con la diche de una madre con una cara que sonríe porque ya no padece, con la paz de un moribundo a quién ocultas la llegada de la muerte; si ansías comprender al hombre , penetrar todo lo trágico de su destino , hazte médico, hijo mío»
Viviana Martino





Te veo aún cuando no estás…

17 07 2009

«Porque la noche está de ojos abiertos, es que te veo aún cuando no estás»
…………………………………………….

Ella dejó esa nota sobre la mesa del comedor y salió sin más, tomando del
perchero el abrigo azul.
Bajaba casi sin pisar los peldaños de mármol blanco, tan gastados; que por prudencia los volaba.
Sabía que él estaba con esa mujer, otra vez con ella.
Se dijo a sí misma que ya nunca regresaría al departamento del pasaje,
nunca más lo volvería a ver.
Y se sintió bien por la decisión tomada. Muy bien.
Corrió hasta la parada de un micro, cualquiera la llevaría hasta donde
quería llegar…bien lejos de ese hombre, que hasta recién amó.
Nunca le gustaron los pretéritos. Vería ahora qué hacer con su presente y
se preguntaba, cómo haría el futuro para hacerse hoy, si siempre era
mañana…Cosas locas, esas que hacen al tiempo y los tiempos, porque los
modos nunca tuvieron nada que ver, sólo cuenta el Tiempo.
Pudo sentarse, abrió apenas la ventanilla y aspiró con los ojos cerrados
la noche de otoño.
Huele bien, pensó.

Viviana Comerón
Octubre 2008